Luego de una larguísima ausencia, heme aquí de nuevo para traer a los lectores (¡si es que me queda alguno!) la primicia de un grande y grandilocuente proyecto que se viene gestando hace tiempo para renovar el género de la historieta en Colombia.

Desde hace un poco más de un año, cierto personaje de la vida nacional se ha dado a la tarea de catapultar una historieta diferente y no se han escatimado gastos del erario en hacer un lanzamiento con todas las de la ley.

Este proyecto fue conocido por quien escribe gracias a una infiltración en las altas esferas y lo que se presenta a continuación es tan solo una muestra de lo que se viene en cuestión de cómic en nuestro país… una propuesta original, dinámica, que abarca no solo el cómic impreso sino que se lanzará a la par de una película basada en el personaje, todo esto con el fin de competir codo a codo con las grandes superproducciones de cómics que se hacen en Hollywood.

Agárrense de la silla porque esto está buenísimo. Presento a continuación a:

Santo(s), el enmascarado de plata

Desde su concepción estética podemos entrever un nuevo paradigma en lo que a narrativa gráfica se refiere: un personaje conocido en una faceta superheroica que emprende en solitario, cosa que sorprende pues en la vida real necesitaría 20 o 30 asesores para tomar alguna decisión.

Las aventuras de Santo(s) transcurren en universos imposibles, donde se enfrenta a toda suerte de peligros y combate las maléficas fuerzas de la realidad que se empeñan en desfigurar la fantasía y el surrealismo en los que está sumergido el personaje. Es el héroe clásico que NUNCA pierde y que siempre sostiene una sonrisa perenne incluso en las más duras situaciones. Prueba de ello es la historieta número 3 en la que Santo(s) ve desaparecer una porción del territorio nacional y pese a ello se mantiene alegre y positivo.

Pero nada detendrá a Santo(s) en su impetuosa y presuntuosa carrera por mantener una imagen, si bien es un ídolo de papel. Se evidencia en la misma filosofía del personaje, el respeto y compromiso por las causas nobles. Sin ir más lejos, ¡todas las revistas están impresas en papel higiénico y usado!, lo que demuestra lo lejos que llega el compromiso del héroe por la ecología y el reciclaje.

Leer a Santo(s) se convierte entonces en toda una experiencia escatológica que puede ser algo nauseabunda y hedionda al principio, pero que un lector promedio podrá ir superando al paso de unos tres o cuatro años de resistencia, tolerancia y algo de resignación, vale agregar.

Sin embargo, Santo(s) no solo se quedará en el papel (higiénico y usado): para el año 2014 está previsto el estreno de su primera película. Una creación alucinante que solo podía ser encomendada al genio cinematográfico colombiano Harold Trompetero, con guiones del brillante narrador Dago García y la excelsa banda sonora que contará con los excelentes artistas J Balvin, Maluma, Andrés Cabas y Andrés Cepeda.

El reparto de la película es todavía un misterio. Los sitios web de este gran proyecto solo arrojan esporádica información, pero todo indica que el villano será encarnado por el genial y versátil Juan Pablo Raba, mientras que el rol del patiño de Santo(s) parece que recaerá en el magnífico actor Sebastián Martínez.

Entre las chicas que acompañarán a Santo(s) se barajan los nombres de las sensuales Negra Candela y Yolanda Ruiz, quienes dejarán por un tiempo sus ¿carreras? periodísticas y acompañarán a su ídolo en este arriesgado proyecto.

En fin, todo un despliegue de talento nacional puesto al servicio de quien se perfila como el héroe colombiano definitivo. Es tal la confianza que se tiene en este proyecto que ya se baraja la posibilidad de secuelas. Los temas están siendo analizados a medida que la realidad nacional genera nuevas situaciones probables.

Es muy probable que podamos ver de nuevo a Santo(s) en las películas:

Santo(s) y la isla perdida (la de San Andrés, obvio)
Santo(s) vs. Uribe Demon
Santo(s) vs. las momias del Catatumbo
Santo(s) vs. el paro camionero
Santo(s) vs. el paro cafetero
Santo(s) vs. el paro lechero
Santo(s) vs. …Colombia

Buen día, lectores. He regresado desde los confines del tedio y la desesperanza para atacar con toda la furia posible un problema que el grueso de la comunidad científica se niega a considerar como tal, me refiero a ese espantoso y deleznable género ¡¿musical?! conocido con el nombre maldito de reggeaton (¿se escribe así?, no lo sé y es una de las cosas que no me interesa saber) [N. del E.: debe escribirse “reguetón”].

¿Pero en qué radica el problema científico de tan atroz género? Bueno, las respuestas a esta pregunta son muchas pero solo trataré las más importantes.

1. El asesinato del buen gusto

Ni siquiera le puedo decir “muerte”, es más bien un asesinato a sangre fría del buen gusto del ser humano, y como hay un ser humano envuelto en este crimen pues entonces la palabra asesinato cobra validez.

Ese asesinato del buen gusto no se limita tan solo a la falta total de conocimiento musical de quienes “componen” e “interpretan” estas porquerías: el problema de despescuezar al buen gusto radica en el mensaje transmitido por esta horda de babosos. Y el mensaje es bien claro y simple: con plata compras todo, el estudio no sirve de nada.

Muchos dirán que se transmiten otros mensajes, pero en gran medida todo se resume a esto, esta mendacidad musical es concebida de y para ignorantes, para vagos, zánganos y lapas sociales que un buen día fueron arrancados de la esquina en la cual asaltaban viejitas o de los parques en los que se atascaban de vicio para comenzar a atracar en grande en las disqueras y seguir metiendo ya no en un parque sino en mansiones, yates y aviones privados.

El buen gusto cae ultimado por estos mediocres en el momento en el que hasta la gente culta e ilustrada comienza a sentirse empalagada y contagiada de este mal. Y digo contagio en términos de virosis porque cada individuo que sucumbe en las garras del reguetón no sale bien librado del proceso, comienza un proceso de involución intelectual tan abrupto que se determina por el progresivo abuso de la palabra “parce”, síntoma sine qua non que certifica la inminente defunción cerebral de la víctima.

2. La arrogancia infinita de la bestialidad

Existen hoy en día multitud de farsantes y delincuentes que se sientan tras estudios de sonido y lanzan a la fama a las nuevas “estrellas” reguetoneras, una serie de mentecatos agrandados que pasaron un buen día de servir tintos en las emisoras a ser los encargados de seleccionar el material (fecal).

Por otra parte, la estrella reguetonera de turno también se convierte en una criatura de mirada distante e impotable, cual si se tratara de condes o marqueses con señorío recientemente adquirido: son los nuevos Lores, los señores de la chabacanería, los adalides de la imbecilidad y mal llamados “artistas” para una generación de idiotas que simplemente buscan algo que no implique estrenar el cerebro (¿lo están reservando para una ocasión especial? ¡vaya uno a saber!)

Los nuevos Lores se pavonean con sus jetas agrandadas y sus miradas asesinas en un continuo de autoelevación que les conlleva crear toda una mitología barata a su alrededor. Lo primero es cambiarse el nombre y ponerle adelante una “J” que suena “YEI”, esto con el objeto de… no tengo la más puñetera idea de cuál sea el objeto de semejante estupidez ¡pero les encanta!

3. Música R. I. P.

Si alguien me dice que el reguetón es música lo primero que hago es irme del lugar sin ni siquiera voltear a ver a quien lo dijo, llego a la esquina y entonces estallo en carcajadas. Es más: hay gente que se considera a sí misma experta en el tema y otros son ya cotizados “DJ” que se dedican a la agotadora empresa de organizar y catalogar la “música” por “temas”, “artistas” y “géneros”.

Yo sugeriría que esta gente se dedicara a organizar, catalogar y agrupar basura y nadie notaría la diferencia. Si me la pasara escogiendo el “reguetoncito rico” con el que voy a amenizar una fiesta de tarados y para ello gasto más de media hora de mi vida preferiría lanzarme al vacío con un pañal en la mano como paracaídas.

La música de verdad es algo taaaaaaaaaaaan remoto de este mal llamado género que no vale ni la pena presentar argumentos, cualquier aficionado a la música sabe que el reguetón y su profundidad multivariada se sostienen en cinco huevonadas rítmicas que se repiten una y otra vez. A continuación, la fórmula científica básica de todo el reggeaton:

PAM PAPA PA PAM PAPAPA PAM.

¡Listo! Use esto de fondo, ahora traiga a un calvo bien drogo y malo y póngalo a contar lo que le pase por las tres neuronas de su cabezota, remasterícelo, afínelo digitalmente (¡porque ni eso!) y ya tiene el nuevo éxito de “J caca”.

4. Erotismo y sensualidad, erradicados

Si alguien cree que esta música incita a las relaciones sexuales, que excita o estimula el imaginario erótico, déjeme decirle que está muy equivocado. Esta basura no da ni para eso: no se generan estímulos eróticos o sensuales, se estimula más bien la parte animal del cerebro humano, la parte arrecha que es tan natural para los perritos o los toros en celo, eso es todo.

Incluso, quienes componen e interpretan esta porquerías llegan incluso a dejar de manifiesto su impotencia sexual latente o sus instintos de depredación sexual reprimidos. Para la muestra un botón que tuve la desgracia de oír hace poco.

El siguiente estribillo será desglosado con todo el rigor científico, así es que si algún cultor del reguetón ha logrado llegar (y entender) algo de lo dicho hasta ahora, es mejor que deje la lectura y regrese a su iPod relleno de basura:

—“…cierra los ojos, relájate y coopera…”

¿Qué es esto? ¿El manual para el violador del mes? ¿La aceptación de la hediondez física de quien canta? Porque si le va advirtiendo a la nena que cierre los ojos es con el ánimo de que no se vomite del asco durante el coito con el orangután que tiene encima.

Por otra parte, está el puntilloso “relájate y coopera”, es como el viejo adagio “en caso de violación, relájese y disfrute”. Además quien canta de seguro tiene problemas eréctiles como para necesitar la cooperación de la chica y quizás la asistencia técnica de la misma.

En resumen, este es un primer manifiesto de queja y desprecio abierto por el susodicho género “musical”, y si creen que el Doc se fue lanza en ristre esperen lo próximo, porque honestamente este cuento del reguetón me sabe absolutamente a…

Mierda

…y creían que no lo iba a decir, ¿no?

Luego de unas merecidas vacaciones heme aquí en este año 2013 que supuestamente no íbamos a poder ver, pero como el cuento de los mayas resultó más chimbo que los triunfos de Armstrong tocó retomar este espacio.

Claro que el tema de hoy no es nuevo, es más, es un cuento bastante viejo que encontré el otro día por mera casualidad en Youtube. Resulta que por allá en 1994 se realizó la primera versión cinematográfica de los Fantastic Four, una película producida nada menos que por Roger Corman, uno de aquellos genios olvidados de la década del setenta que ahora solo es recordado por lo pobres de sus producciones.

En fin, dicha película había sido enlatada y olvidada por los productores aduciendo que la lastimera película iba a ser un fracaso. No fue poca mi sorpresa al encontrarla completa y lista para descargar en Youtube (¡gracias mil a quien la haya rescatado y subido!).

En términos generales vale decir que esta primera Fantastic Four no tiene nada que hacer contra la de 2005 y su secuela. Pero cuando me siento a mirarla con ojos de crítico del cómic, comienzo a encontrar cosas que hubiera valido la pena ver: el maquillaje no resultaba tan pobre como creía (sobre todo con Thing) y los trajes estaban muy bien hechos (sobre todo el del colega Dr. Doom), la trama es incluso interesante y bien argumentada con respecto al cómic original.

Bueno, se preguntará el lector (¡si es que aún me lee alguien!) “¿entonces por qué esta peli fue enlatada y archivada?” La respuesta es obvia cuando uno ve el desarrollo fílmico y tiene que lidiar con la infame e inmunda música de fondo que les quita todo el poder a las secuencias de acción. Por otra parte, están los actores secundarios quienes se encargan de arruinar las escenas con exageradas y enervantes payasadas, cosa que lesiona las escenas de los protagonistas (que pa’ qué pero sí estaban bien escogidos y actuaban muy bien).

En resumen, sí había motivos para enlatarla, sin embargo, siento que hubo una premura en dicha decisión, era cuestión de cambiar la musicalización y sacar a patadas a los actores secundarios (secuaces sobre todo, una parranda de zoquetes), y a lo mejor la película hasta hubiera pegado. Quizás con dichos remiendos la historia del cine Marvel habría surgido 6 años antes… y quizás hoy en día estuviéramos esperando Avengers 5 o Iron man 6… en fin, todo lo que pudo ser y no fue se lo dejo a quienes crean en universos paralelos.

El Monster Buster

Durante mis últimos años de colegio me entregué a la tarea de atiborrar mis cuadernos con aventuras a lápiz de diversos héroes que iba inventando sobre la marcha… ¡en un momento dado estaba haciendo historias hasta de cinco superhéroes distintos!… Bueno, no eran la mata de la originalidad, pero en últimas me ayudaron a sembrar el camino del Monster Búster, quizás el héroe al que más le he dedicado tiempo y esfuerzo…

Las primeras historias son a lápiz, y poco a poco fui enriqueciéndolas con tinta y color. Debo decir que gracias a este personaje logré rescatar algunos de los personajes que había concebido anteriormente, al menos los que me parecieron más ricos en matices y que fui incorporando a las historias. Para una exposición en la que pude participar me arriesgué a tomar estos personajes y hacer cuadros.

En la actualidad lo tengo entre mis archivos en un lugar de honor, del que espero algún día desempolvarlo y traerlo de nuevo a la luz.

[Leer la parte 1]

Para cerrar este año me propongo comenzar una retrospectiva de algo que poco he dejado entrever en este espacio… lo que el Doc dibuja.

Bueno, pondré algunos ejemplos por fechas importantes en mi vida y un comentario breve de lo que mi absurda cabeza tenía en el momento de dibujar.

Antes que nada debo agradecer a la Rana Berden por su valiosísimo aporte fotográfico, sin el cual los cuadros más grandes no hubieran podido aparecer aquí, y obviamente a mi escáner que, bendita la hora, no me ha fallado en estos años.

Comienzo este recordatorio desde 1991, fecha en la que empecé a engancharme fuertemente con este asunto del cómic… antes ya dibujaba a partir de las técnicas aprendidas en el colegio e incluso le hacía a las miniaturas en plastilina basadas en las historietas de Kalimán (mi primera influencia). De estos primeros años, algunos ejemplos:

Luego vino la primera experiencia del estilo propio del cómic con algunos retratos de héroes en cuartos de cartulina hechos con lápiz de color…los brillos se deben al contac que les ponía para preservarlos, mucho tiempo después descubriría que la tinta y el lápiz de color podían dar efectos más permanentes y expresivos.

El Risk es uno de esos juegos de mesa que pululan hoy en día y que consiste básicamente en manejar estrategias para adueñarse de varios países hasta dominar el mundo. Si usted, lector, ha tenido la oportunidad de jugarlo, se habrá dado cuenta de que pueden pasar horas antes de que la cosa se ponga interesante. Sin embargo, pese a su carácter lúdico, hay gente que se toma esto demasiado en serio y es ahí cuando la cosa se torna más aburridora.

[sigue…]

Hoy venía por la calle y así de repente me asaltó una idea, así tan de repente como lo pueden asaltar a uno en la calle para sustraerle sus efectos personales en esta hermosa ciudad plagada de hampones…

Hasta ahora no he llegado a ver publicado un compendio de mandamientos, o máximas, para no sonar tan profano, nacidas en el germen de la industria comiquera… Si los personajes de los cómics tuvieran voz propia creo que tendríamos resultados como los que siguen:

Mandamientos:

1. Amar a Odín sobre todas las cosas ( Thor)
2. No decir Shazam! en vano… (Capitán Marvel)
3. Santificar las fiestas… en el asilo Arkham (Joker)
4. Honrar a Pa’ y Ma’ Kent (Superman)
5. No matar… inocentes, sólo mafiosos y narcotraficantes (Punisher)
6. No fornicar… si no es con una perra hermosa (Hartigan)
7. No robar… baratijas, solo diamantes originales (Gatúbela)
8. No mentir… ¡salvo si es para hundir al odioso de Spiderman! (J. Jonah Jameson )
9. No desear la mujer del prójimo… si tienes al lado a M. J. (Spiderman)
10. No codiciar los bienes ajenos… invádelos, es más fácil (Dr Doom)

El evangelio según el Dr. Comic

…Y hallándose Batman rodeado de todos sus Archienemigos, aunque casualmente Archie se encontraba ausente, se dirigió a ellos diciendo: “Tomad y aspirad una bomba de gas, porque esta es la hora de que regreséis al asilo y en eso no hay discusión”. Pero entre los presentes hallábase el Acertijo, quien lo interpeló: “Señor de las sombras, ¿en qué se parece un elefante a cierto expresidente colombiano?”. No alcanzó a responder Batman a tal dilema cuando entráronse en la vivienda Cuatro de los Cuatro Fantásticos, que suena redundante pero el número en sus uniformes no daba lugar a refutar, y sin decir nada comenzaron a golpear a diestra y siniestra (siniestra no era otra que la esposa de Siniestro, enemigo de Linterna Verde).

No bien golpeados los presentes hizo su aparición Stan Lee, que por aquellos días cumplía su vigésimo aniversario, y preguntó al siempre incólume Batman: “¿Sois vos Daredevil?”. Las escrituras no detallan el motivo de la feroz reacción de Batman, quizás se sintió aludido por que pensó que lo habían comparado con Ben Affleck, una ofensa que se consideraba extrema por esos días y que aún perdura. En todo caso Stan Lee recibió tal cantidad de golpes y patadas que todos se apiadaron y de inmediato llamaron al Punisher, quien por esos días solo mataba editores de cómics extremadamente viejos, para que le diera el tiro de gracia.

(Números, 1:2-4 y dos ediciones especiales con portada de Frank Miller)

Buen día a los fieles lectores de este espacio y espero que aún quede alguno a pesar de mis ausencias, pero como acabo de integrarme a la rutina laboral de un colegio me he tenido que aislar un poco de la escritura.

Quiero a continuación liberar un poco de angustia que cargo hace rato con la nueva payasada santista de la “paz” y dejar a los lectores un pequeño test complementario al que lancé hace rato acerca de las series de TV ochentudas. Espero que lo disfruten y también se relajen un poco de nuestro presidentico y sus trotes, tiradas de paloma, camisetas blancas y toda esa parafernalia de majaderías que como con Pastrana no llevaron absolutamente a nada.

[sigue…]

Buen día, lectores exhaustos. En esta ocasión quiero dejarme llevar por un camino al que siempre le he tenido bastante pereza, el análisis político. Pero es que recientes acontecimientos me obligan a manifestarme al respecto y espero que sepan conceder a este doctor un pequeño desahogo.

Antes que nada, para quienes seguían el microprograma de TV Cómic en serio, les diré que se sigue emitiendo y ya he subido algunos enlaces recientes al Youtube. Por ahora les dejo estos dos para que les pique la curiosidad y se den a la caza de los restantes.

Ahora sí, para explicar el insólito título de este artículo comenzaré con dejar claro algo. Cuando Antanas Mockus creó el Partido Verde, fui uno de sus más fervientes admiradores y seguidores dado que planteaba una nueva manera de hacer política en este país y con una regla simple: sin corrupción.

De esto me viene la necesidad de liberar mi frustración frente al nuevo Mockus que se presentó recientemente en el programa Dos puntos, dirigido por Rodrigo (el Chavo) Pardo. Dicho programa estaba dedicado a la voz de la oposición al gobierno. El otro invitado era el senador Robledo, a quien he visto muy bien parado y documentado cuando es menester apelar a la crítica.

Robledo se mostró serio y nutrido de datos para calentar el debate con argumentos sólidos de la ineficiencia gubernamental, una voz que esperaba eco con Mockus, víctima indiscutible de la soberbia santista, la cual incluso logró corromper a su propio partido hasta hacerlo renunciar al mismo.

Cuando le llegó el turno de hablar a Antanas, la cosa tomó un giro inesperado, tanto que incluso Robledo no pudo disimular una mirada atónita. En menos de una hora toda la figura de Mockus se me cayó cual porcelana en manos de empleada y se hizo añicos. Mockus se metamorfoseó ante mis ojos en el santista más jarto y recalcitrante que jamás haya tenido la desgracia de ver (y he visto muchos).

Entre las lambisconerías más absurdas, Mockus cometió el pecado mortal de decir que la evidente traición de Santos a Uribe se debe catalogar como “astucia”. Eso raya en lo asqueroso, en lo bajo, en la perfidia suprema de manipular la semántica para que suene bonito algo que jamás lo será. Y entiéndase que la traición, sea contra quien sea, no deja de ser algo sucio y mezquino: me viene a la memoria la traición de Göring hacia Hitler cuando los aliados tomaron Berlín. Puede que Hitler haya sido uno de los maniáticos más aterradores de la historia pero al menos tuvo la decencia de pegarse un tiro mientras que el rollizo Göring salvó su trasero antes de bajarse los calzones y ofrecerlo de manjar a los gobiernos aliados.

Pero volviendo a Mockus, aquí no paraba la cosa: resultó que Mockus le cree al DANE cuando dice que gracias a Santos hay un millón y pico de personas que salieron de la pobreza… salieron, tal vez, pero para el otro barrio porque ni tan siquiera un pueblo pequeño como Gramalote ha recibido la atención de este gobierno. Peor aún es que Mockus le crea al DANE, eso pasa de considerarse locura para rayar en la estupidez.

Y el remate final de Mockus fue realmente pasmoso: luego de decir que cree en las encuestas del DANE, dice que no cree en las encuestas que muestran la estrepitosa caída de la popularidad de Santos… ¿entonces al fin qué? Cree o no cree, o cree lo que quiere creer.

Aterrado, asqueado y desinflado me estuve guardando de escribir esto hasta que hubiera podido asimilarlo, dos semanas largas me ha llevado aceptar que la persona que se bajó los calzones hace tantos años en la Universidad Nacional como muestra de protesta, ahora se los vuelve a bajar pero en una total muestra de sumisión o sodomización santista.

Santos es evidentemente un traidor de la peor especie, pues aduló a Uribe tan solo para sacarlo a patadas en la primera oportunidad, pero la traición de Mockus es mucho peor, es una traición no solo para con los tres millones y medio de personas que creíamos en él sino en especial contra una sola, contra sí mismo… eso si es imperdonable.

Llega el momento de finalizar esta revisión al gran Mario Moreno Cantinflas con sus dos etapas no tan brillantes, pero que no indican tampoco una derrota o fracaso en su portentosa carrera cómica.

Cantinflas internacional

Muchos todavía creen que Cantinflas no pasó de ser un comediante mexicano que se circunscribía tan solo al medio latinoamericano. Ante tan craso error, vale la pena referir sus dos grandes incursiones en el cine mundial con entrada por la puerta grande y toda la cosa.

La vuelta al mundo en ochenta días: basada en la popular novela de Julio Verne, esta adaptación (la mejor hasta ahora) contó no solo con la participación de Cantinflas en el rol del sirviente devoto de Phileas Fogg, sino que de paso se robó el protagónico en una superproducción que contó con la presencia de luminarias de la talla de Shirley McLane, Frank Sinatra, Marlene Dietrich y Alec Guinness. Por si esto no bastara, la película ganó en su época el Oscar y de paso dejó sentada la imagen de Cantinflas en el mundo entero a tal grado que se le concediera el Oscar post mortem hace unos años.

Pepe: el segundo intento vino con la historia del típico rapazuelo latino que le hace a todo en medio de un mundo de glamour americano. Aquí Cantinflas se encuentra de cara con los más grandes cómicos de la época: Peter Sellers, Jack Lemon, Jerry Lewis y un largo etcétera, además de estar acompañado por una hermosa vedette de la época que desapareció hace años pero que dejó roncha: Janet Leigh.

Pese a que estas dos películas estaban en inglés y en ellas la gracia del lenguaje de Cantinflas quedaba muy limitada, era imposible que los demás recursos histriónicos no valieran para que el genio continuara brillando con luz propia.

Cantinflas en retirada

Entrando en los ochenta pues era justo y necesario que Cantinflas colgara la “gabardina” y se retirara a vivir de sus muy bien ganados réditos. Sin embargo, quien vive para su trabajo y encima se lo goza se siente incapaz de no apostar hasta su último aliento y eso hizo que Mario Moreno terminara su ciclo con dos películas que sin ser malas dejan ver que los años no vienen solos.

• Conserje para todo
• El barrendero

Cantinflas nos dejó hace años pero cada vez que veo una de sus películas siento que jamás se fue. Es más, su legado ha sido tan grande y valioso que sus filmes pueden ser vistos una y otra vez como si acabaran de ser hechos… tal vez hagan falta varias vidas en una persona para alcanzar lo que este hombre hizo solo en una… la comedia le debe a este maestro, a este monstruo, gran parte de su sustento, nosotros le debemos a él la sonrisa y él no le debe nada a nadie, su deuda con la vida la pagó con creces, vino, vio y venció más que cualquier César o Napoleón. No tuvo que matar a nadie para alcanzar la gloria, no tuvo que pasar por encima de nadie para demostrar su valía… si debe cargar un crimen en su conciencia es el de matar de la risa a varias generaciones de seres humanos.

Ver las anteriores entregas: parte 1 – parte 2 – parte 3