Serrat y Sabina, dos pájaros de un tiro
BloguiversoPor Marsares
domingo 4 de noviembre de 2007 17:23 COT
Parece increíble. Dos grandes de la música juntos, dos juglares que han recorrido el mundo contándonos las historias que hay detrás de las oficiales, las que se encuentran en el desván, debajo del pudor, al lado de la vecina y los mirones que la esculcan cada mañana, mientras peina a su princesa.
"Tú no, princesa, tú no.
Tú no has nacido
para pasar las fatigas
que yo pasé
sacándole el dobladillo
a un miserable
salario que no alcanza
a fin de mes."
Nombres que saben a hierba, a Mediterráneo, a niños yunteros, a "locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que por su bien hay que domesticar", a ladrones del mes de abril, y primeros amores que se esconden detrás de las cañas, Serrat y Sabina, pronto los tendremos en Colombia. Mientras, RomaN, desde el hermoso puerto de Veracruz, les rinde un merecido homenaje. Un post que refresca y nos prepara para el concierto en El Campín.
domingo 4 de noviembre de 2007, 17:36 COT
“Quizàs porque mi niñez sigue jugando… vuelve mi primer amor” Mediterràneo, uno de los mejores de ese repertorio. Dos grandes juntos, gran concierto que no hay que perderse, bien lo dijo RomàN.
domingo 4 de noviembre de 2007, 20:23 COT
sabes me gustaria poder estar en Bogotà para asistir a ese concierto, son dos grades que no han pasado.siento envidia de la buena para ustedes que lo pueden disfrutar.
domingo 4 de noviembre de 2007, 20:36 COT
Tuve la suerte de conocer cuatro veces a Serrat. La primera, estando yo muy joven, en mi propia casa, cuando mi hermana mayor ponía sus acetatos de 33 r.p.m. en el tocadiscos Garrad (con amplificador Fisher) que había en el estudio, con parlantes en la sala. El que más recuerdo, el álbum entre amarillo y naranja, donde estaba Mediterráneo de primera, y un resto de canciones que poco a poco me fueron encantando. Con el tiempo vine a tener un pequeño cerro de ellos, todos de mi propiedad y llenos de rayones, porque nunca cuidé los discos. Los compartía con amigos y de vez en cuando me cuadraba una niña, prestándole alguno de sus favoritos. Todo un bacán. Nunca encontré un mayor admirador de Serrat que mi amigo Mario Daniel Motta, “Motín”, quien recitaba de memoria los versos de Antonio Machado, a costa de Serrat.
Más tarde, cuando ya tuve dinero para pagar una boleta de primera fila, invité a mi novia al Colón a un recital del catalán, y fue en sus conciertos la segunda vez que conocí a Serrat. Nos emocionó mucho estar tan cerca del cantautor de Aquellas Pequeñas Cosas o de Pueblo Blanco, que quienes dijeron que en gallinero se había escuchado mejor, nos parecieron simples envidiosos. Le siguió años más tarde alguna otra función en el Jorge Eliécer y otra en al Teatro Nacional, casi tan emocionantes como la primera.
Una linda tarde-noche en Begur, durante un festival de sardana en la Plaza Mayor de esa ‘monada de pueblo’, que conocí a Serrat por tercera vez. Estaba yo acompañado de la misma novia que nombré antes, solo que ahora era mi esposa, y tenía en mis hombros a mi pequeño sobrino, cuando de repente tropecé con un amable y sonriente caballero, quien me tomó del brazo para evitarme caer. Era él. Y las coincidencias de la vida nos llevaron a tropezarnos cinco días más tarde, como por obra de magia, esta vez en Parc de Montjuic, mientras admiraba la obra de uno de mis pintores favoritos, Joan Miró. Perfecto escenario para el tropezón ésas medias bóvedas de J.L. Sert en la CIAC, donde prontamente vencí cualquier asomo de timidez y abordé a mi ya viejo amigo Joan Manuel, a quien conocía por cuarta vez. Luego de un breve cruce de palabras, le pedí que me firmara un afiche de Miró, que siempre conservaré, aunque lo haya perdido. Recordar es vivir, y estoy viajando en el tiempo con este grato recuerdo.
De vuelta a la realidad. Saber que vuelve Serrat y que quizás sea esta su última gira o la última oportunidad que tenga yo de verle, me obliga a aplicar aquello de que no hay quinta mala. Lo conoceré por quinta vez, en esta ocasión en compañía de Sabina, a quien escucho con frecuencia, y a quien tengo ganas de conocer por segunda vez y compartir con él nuestros cuarenta y diez. Salgo volado a comprar las boletas, aunque tengo la seguridad de que el traje de madera que estrenaré no está siquiera plantado…al menos eso creo hoy.
Bienvenidos, dos pájaros de un tiro,
Sentido Común
martes 6 de noviembre de 2007, 18:43 COT
Patricia:
Un concierto para el recuerdo.
Janeth:
Lo sé. Entre reaggeton y tropipop, por fortuna tenemos a Serrat y Sabina.
Sentido Común:
Deliciosos recuerdos que provocan envidia. Y en efecto, no hay quinta mala. Pero hay una tarea. La reseña del concierto se la merecen los lectores de equinoXio. ¿Te le apuntas?
jueves 8 de noviembre de 2007, 06:32 COT
La poesía hecha música, la literatura en música o dos pájaros de un tiro, cualquiera de los títulos es poco para lo que representan estos dos genios. ¡Son adorables!
Deliciosos moments de esparcimiento escuchándolos.
Un abrazo cálido!
mircoles 6 de febrero de 2008, 19:22 COT
Con mis discos lo conociste la primera vez, la tercera con mi hijo en tus hombros y la cuarta paseando por la ciudad donde vivo y a donde espero que vengas pronto para intentar una quinta oportunidad.
Serrat siempre será Serrat y
Marsares siempre serás Marsares