Algunos medios afirman que, tras los contundentes resultados de las elecciones legislativas de este martes en Estados Unidos, el pueblo "le dio la espalda a Bush". Tal vez. Lo que sí es cierto es que el "reinado" se le va a acabar de la peor manera. Aparte del desastre en Iraq, el escándalo del senador pederasta Mark Foley dio al traste con las esperanzas republicanas de retener el control del Capitolio. Ni siquiera la tan esperada condena a muerte a Saddam Husein ayudó a los fans del régimen.
No pocas fueron las voces en contra de una victoria demócrata, incluso en la blogosfera colombiana. "Prefiero mil veces un partido de derecha haciendo politicas de derecha en el poder como los republicanos, que un partido de oposición (ni siquiera lo llamaré de izquierda) como el Demócrata, haciendo las mismas políticas de derecha supuestamente en nombre del "cambio"", manifestó Sergio Méndez en su blog. Según Brian Knowlton, parte de la estrategia demócrata fue incluir en su nómina a gente de "centro" como Heath Shuler, un tipo bien "zanahorio" que resultó elegido senador por Carolina del Norte. Para indignación de los evangélicos republicanos, en Minnesota quedó Keith Ellison, presentado por los medios como "el primer musulmán" en el Capitolio.

Aun así, los cálculos más optimistas fueron superados con creces: los demócratas pasaron de tener 202 a 229 escaños, mientras que los republicanos perdieron 28 curules y el control de la Cámara. En el Senado, a la hora en que se publica esta entrada (19:10 COT del miércoles), toda la atención estaba en el estado de Virginia. El vicepresidente Cheney es a su vez presidente del Senado, así que un empate le daría una ventaja al partido de gobierno.

Los que saben del tema afirman que el dolor de cabeza de George W. Bush en el parlamento va a ser la futura Presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, una de las más enconadas detractoras del presidente gringo y quien, a diferencia de Hillary Clinton, por ejemplo, ha votado de forma coherente contra las políticas más perversas de la administración republicana, especialmente en los temas de seguridad e inmigración. La influencia de la representante por California se hizo sentir desde el momento mismo en que se conocieron los primeros resultados, al instar a Bush a cambiar la estrategia en Iraq, algo que el mandatario se "atrevió" a hacer este miércoles, retirando al secretario de Defensa (y asesino de escritorio) Donald Rumsfeld, reemplazándolo por Robert Gates, ex director de la CIA. No solamente eso, Bush invitó a almorzar a Pelosi mañana, después de ignorar a los opositores durante tanto tiempo.
¿Nos afecta la victoria demócrata? No tanto como lo han querido hacer ver los furibistas. Según Adam Isacson, la ayuda que EUA le brinda a Colombia no sería reducida, sino que cambiaría de tenor. En otras palabras, menos dólares para defensa, más para labor social: "menos helicópteros y aviones de fumigación, y más inversión en la gobernabilidad de zonas rurales, la reforma judicial, el fortalecimiento de las instituciones civiles y la atención a los desplazados". Lo que sí se ve medio embolatado es el Tratado de Libre Comercio (TLC), algo a lo que por lo general poco le "jalan" los "burritos". Según Isacson, la fórmula para que pase allá es simple: "el juicio y castigo de más homicidios de sindicalistas ayudarían mucho". Igual, si no pasa el TLC, es probable que los privilegios de la ATPDEA se mantengan. Lo de los inmigrantes, es harina de otro costal. En ambos partidos andan divididos por el tema.
Si a Bush la estrategia le falló, a don Uribe también, así que con los demócratas se pueden replantear muchas cosas, afirma Isacson, director de programas del Centro para las Políticas Internacionales de Washington. ¿Será que "nos conviene"? ¿O da igual, porque republicanos y demócratas, como liberales y conservadores, son la misma vaina? Falta ver qué pasa.