Fotomontaje de Marsares 
"Dios se lo pague"
George W. Bush
Bueno. Por fin se dio. Con espectáculo teatral y todo. Haciéndose fieros, como en las peleas de gallos, pero aquí no había un gallo tuerto, sino uno enterito, alzado además, y un poco de gallinas detrás de él. Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, vivito y coleando, con bautizo de Salón Elíptico, aguacero de votos a favor, y oposición por fuera del recinto. Mientras los unos cantan ¡Oh gloria inmarcesible!, los del Polo y los del deshilachado partido liberal hacen carantoñas, indignados, apretujados en un corredor, despelucados, sintiendo lo que es ser de tercera, cantando su propio himno nacional, con entrada “en surcos de dolores”, a la verdad desafinados. Pero esos son los perendengues de la vida, unas son de cal y otras son de Uribe. Vivan los de adentro. ¡Que vivan! Pupitrazo le dicen. Satisfechos. Los travestis de la política se pasean orondos, como rin rin renacuajo, ganaron, vacaciones merecidas, a rendir cuentas a los dueños del gallinero, los de las chequeras fáciles, los que se inventan manifestaciones en La Alpujarra, para que les tiren confetis mientras se tiran a sus víctimas, ‘totiados’ de la risa, contándoles a los fiscales por qué son pobres y encima con Alzheimer, mentiritas, así con diminutivo, que es lo que hoy se estila, verdades mafiosas, como todo en este país, hoy del Sagrado Corazón Grande, mañana de cualquier capo con ganas, políticos a la carrera, delincuentes de toda la vida, verdaderos guardianes de la heredad, de su heredad familiar, pero sin luz en la poterna, porque a oscuras se ve mejor en este mundo subterráneo, ríanse, ya tienen lo que querían, su Tratado de Libre Comercio, el suyo, porque el de verdad, no lo deciden, ni más faltaba, les toca a los de arriba, a los “monitos”, esos que llaman gringos, los únicos capaces de quitarle el aliento al excelentísimo Señor Presidente de los colombianos, que ha comprobado que pancake no se come con arepa, indigesta, y mucho menos ofreciendo calenta’o, ‘citico, entrando al Capitolio made in USA, creyendo que porque es Uribe puede ir en busca de lana, pero no, allí no es Colombia, por eso cada vez sale más trasquilado, rascándose la cabeza, como si tuviera piojos, igualito que en Salgar, su tierra querida… ¡Por Dios! Alguien quiere decirle a este señor que no sea tan intenso, ni que viniera de Iraq, igual de pedigüeño, con la diferencia de que allá se arrodillan a punta de bombas y en Colombia a punta de lengua, con pinta de video.