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Estancias

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Arrancó el festival de cine más incluyente de Colombia

Especial Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia 2008 > Estancias
Por: Álvaro Ramírez Ospina

6 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2008 16:09 COT

La novena edición del Festival de Cine y Video de Santa Fe de Antioquia (4 al 8 de diciembre). se inauguró el jueves 4 por la noche y a mí me correspondió el gran honor de abrir la parte cultural/académica ayer viernes 5 con una conferencia que titulé “Estética y compromiso en la obra de Ousmane Sembene”.

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Who is the boss?

Crisis diplomática andina > Estancias
Por: Sentido Común

2 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2008 9:38 COT

José Obdulio tiene huevo (en la cabeza)

¿Qué es lo que tiene José Obdulio en la cabeza?

Difundida la conversación telefónica entre el asesor presidencial José Obdulio Gaviria y el Cónsul de Colombia en Maracaibo, Carlos Galvis, queda claro que el maquiavelismo de Gaviria, hombre muy cercano al presidente, no tiene límites.

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45 años de Doctor Who

Estancias > Medios y cultura popular
Por: Rafa XIII

23 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2008 22:23 COT

Uno de los logos de la serie

Aquel sábado 23 de noviembre de 1963, cuando prácticamente toda la atención mundial estaba puesta en los trágicos sucesos ocurridos en Dallas el día anterior, la BBC de Londres emitió en horario vespertino el primer episodio de una de las series más emblemáticas de la ciencia ficción, y que con el paso de los años se convirtió en uno de los programas de mayor duración al aire en la historia de la televisión: Doctor Who. La serie se mantuvo de manera consecutiva en pantalla durante 26 años, desde noviembre de 1963 hasta diciembre de 1989, y en su segunda etapa, se emite desde 2005. Sin embargo, en el intermedio se realizaron innumerables especiales conmemorativos, dramatizaciones radiales, reediciones del programa en VHS y en DVD, y una película, en 1996.

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Aborígenes retoman Bacatá

Estancias > Salón comunal
Por: Sentido Común

20 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2008 9:44 COT

 //www.winfriedkuehn.de/bogota.htm

La llegada de tres navíos españoles, repletos de hombres de los más disímiles orígenes sociales, ávidos de riqueza material e impulsados por el mandato cuasi divino de conquistar a como diese lugar lo que encontrasen a su paso, daría origen a una nueva era en la que la razón y la esencia humana fueron vencidas por la injusticia y la barbarie.

Quinientos dieciséis años después, cientos de descendientes de los avasallados pobladores de las virginales tierras americanas, están entrando hoy a Bacatá, territorio de la minga de Dios, tras pernoctar la noche anterior en Guacha.

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Don King a la colombiana

Estancias > Salón comunal
Por: Sentido Común

4 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2008 1:43 COT

Sentido Común "Don Fernán"

El 1 de marzo de 2008, un bombardeo militar en territorio ecuatoriano que culminó con la muerte del guerrillero alias Raúl Reyes, desencadenaría la peor crisis internacional que hayamos vivido los colombianos en mucho tiempo. Ecuador, el directamente afectado, Venezuela por “solidaridad” y Nicaragua de manera oportunista, estuvieron a poco de declarar la guerra al país invasor.

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Holanda: “¡Nos encanta Obama!”

Crónicas Utópicas > Especial elecciones en Estados Unidos, 2008 > Estancias
Por: Daniel Ramos

3 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2008 11:14 COT

"Estamos locos por Obama", infografía tomada de www.depers.nl
Estamos locos por Obama (pero no sabemos nada sobre sus planteamientos), infografía tomada de DePers.nl.

Las últimas encuestas dicen que 85% de los neerlandeses está a favor de Obama, 9%, de McCain. Y 65% cree que de ser elegido, Obama corre gran riesgo de ser asesinado. ¿Pero qué tan bien conocen los holandeses a Obama? La semana pasada publicaron el diario De Pers y el programa de televisión EenVandaag el resultado de una encuesta (muestra: 21.000 personas) de la cual se desprende que la mayoría no conoce los planteamientos de Obama.

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Estado de sitio

Estancias > Primera plana
Por: equinoXio

1 dAmerica/Bogota Noviembre dAmerica/Bogota 2008 17:49 COT

Por considerarlo de interés y por tratarse de un testimonio de primera mano que denuncia las injusticias que ocurren en la Cuba castrista, reproducimos a continuación el texto de Iván García publicado el jueves 30 de octubre en el blog de Tania Quintero, su madre. García fue injustamente detenido durante poco menos de medio día el pasado 22 de octubre en el centro de La Habana. Quintero es periodista exiliada y fue entrevistada en equinoXio en marzo pasado.

Estado de sitio, por Iván García Quintero

La Habana

Es probable que Barack Obama sea el primer presidente negro en la historia de EUA. El senador de Illinois puede hacer realidad el discurso de su compatriota Martin Luther King, que un día soñó con ver caminar de la mano a niños blancos y negros. Eso acontece ahora mismo en el país diabólico y maldito que es para los medios cubanos EUA. Ese pueblo brutal que mataba a los negros con perros y donde, según decía nuestra prensa en los años 70 y 80, no se podía dar un paso sin tropezar con blancos vestidos con su atuendo del Ku Klux Klan. Aquí no. Cuba era el paraíso de los negros. Debíamos dar gracias a la Revolución por otorgarnos los mismos derechos que a los blancos y poder entrar libremente y sin complejos a todas las playas y círculos sociales del país.

Pero todo ha cambiado. Olvídense del discurso oficial de que todos somos iguales. En esta sociedad revolucionaria, ser mestizo te puede traer problemas. Nadie me lo contó. Yo lo viví el pasado miércoles 22 de octubre, durante 11 horas en un calabozo grande y sucio, caliente y húmedo de la unidad policial de Zanja y Lealtad, en el centro de la Habana.

Pregúntenle a los más de 70 negros o mestizos que fueron detenidos esa noche sólo por vestir a la moda, tener un piercing en la nariz o escuchar rap o reggaeton en sus MP3. O a quienes se convirtieron en sospechosos por tener 6 paquetes de detergente, 10 jabones de lavar o un saco de cemento sin los comprobantes de alguna tienda recaudadora de divisas. Todos le responderán, mirándoles muy serio a la cara, que hay evidentes prejuicios raciales en la forma en que hoy operan las fuerzas policiales de la ciudad.

Donato Bermúdez, 67 años, alto y fuerte, con ojos de gato y unas manos callosas que dan fe de que la vida no le ha regalado nada. Y es negro, por supuesto. Está sentado sin zapatos ni camisa en un amplio y sucio banco de hormigón que sirve de cama, silla y mesa en la fétida celda. “Es tremendo —dice Donato—, estamos viviendo un estado de sitio. Si esto no es fascismo quiero que alguien me diga qué cosa es”. Bermúdez lleva 4 días detenido por vender jabas de nylon, a peso cada una. Ahora lee con parsimonia un diario Granma: “Quien lo iba decir, que un mestizo como Obama ya casi es presidente; me recuerda cuando Jackie Robinson rompió la barrera racial del béisbol norteamericano”, apunta con un dejo de emoción, mientras lee en voz alta que Obama aventaja por casi 10 puntos a John McCain en la apasionante campaña electoral estadounidense.

“Sin embargo, aquí vamos para atrás —dice Bermúdez—. Mire usted: el 90% de los que estamos detenidos somos negros o mestizos, y más de la mitad no tienen delito alguno comprobado; sólo por puros prejuicios raciales de la policía estamos aquí”. Rolando Céspedes, 23 años, un apuesto mulato que viste con ropa exclusiva y cara de la marca Dolce&Gabbana, lo confirma: “Nunca había estado preso, pero desde que tengo una novia italiana lo que me ha caído es un calvario”. Céspedes vive desahogado junto a su madre en el barrio de Los Sitios, gracias a la tubería de euros que le gira su enamorada napolitana. Y eso no cae bien. “El jefe de sector me asedia, me pidió todos los papeles de los materiales de construcción con los que reparé mi casa y al no poder cogerme en nada, me hace la vida imposible; cuando estoy bebiendo cerveza con mis amigos sin motivo alguno me detiene toda la noche, y cuándo yo le miro a los ojos le veo ese brillo especial que conozco muy bien: la envidia” , dice Céspedes, antes de contarme el día de su mala suerte.

“Fue hace algo más de un año y medio. Estaba en un bar y el jefe de sector me condujo a la unidad policial de la calle Picota; cuando incautó mis pertenencias para meterme en la celda, le llamó la atención una memoria flash que yo llevaba. La cogió, fue a un ordenador y vio que contenía dos películas pornográficas y un artículo de un periodista cubano que reside en España, Carlos Alberto Montaner. Cuando regresó, sus ojos brillaban: ‘Ahora sí te jodí, pornografía y literatura contrarrevolucionaria, estás frito’. Fui a juicio. Por lo de Carlos Alberto no me pasó nada, pero por tener material pornográfico me sancionaron a 6 meses de privación de libertad. Salí en noviembre de 2007 y ni aun así el jefe de sector me deja tranquilo”.

El viejo Donato y yo escuchamos en silencio. “Claro que así no van a resolver nada. A mí siempre me decomisan las jabas y me ponen una multa de 200 pesos [8 dólares], pero al salir vuelvo a vender las jabitas”, dice Donato.

Mientras tanto, siguen entrando detenidos a granel a la unidad policial de Zanja. Un oficial está eufórico. “Hoy nuestra brigada va obtener muchos puntos, mira como hemos atrapado gentuza”, señala con una mezcla de odio y arrogancia. “Gentuza” son mujeres y hombres que venden flores, ositos de peluches, cigarros o jabas de nylon para sobrevivir en las duras condiciones del socialismo real cubano.

Ahora entran con rostros compungidos 6 ó 7 muchachos que suelen vender productos industriales fuera de las tiendas, y que en el argot policial son conocidos como “ferreteros”. Uno de ellos ya cumplió un año de sanción en una prisión de la provincia de Matanzas conocida como “Canaleta”; sabe que ahora, con el endurecimiento de las leyes tras el paso de los huracanes, volverá a la cárcel.

En este inmenso calabozo la mayoría está detenida —según la policía— por asediar a los extranjeros. Son muchachos, por lo general entre 14 y 27 años, que se acercan a los turistas para poder comer, o ir una disco y si es posible tener sexo, aunque a veces simplemente lo que quieren es hacer amigos y pasar un buen rato en lugares a los que ellos no tienen acceso por no poseer moneda dura.

Kevin Prado, 21 años, es un negro retinto de labios gruesos y una perilla de pelo debajo del mentón. “Desde que me levanto en mi casa de la Habana Vieja intento trabar amistad con algún turista, un día bueno significa para mi almuerzo y comida. Además de bailar en buenas discotecas con ellos, me la paso bien y siempre amanezco con algunos “fulas” en el bolsillo. Ya he estado un par de veces en prisión pero no cambiaré. A esta gente yo no le trabajo por 225 pesos (9 dólares) al mes”.

En esta triste y decadente sociedad cubana de hoy, las personas están al límite. De todo. De las anacrónicas reflexiones del Comandante, del futuro incierto, de los que los dirigen, hasta de ellos mismos. La gente mira al norte, sueñan con una visa a donde sea, no les importa la crisis financiera mundial. Han nacido y crecido en un país en crisis perenne, donde por un motivo u otro siempre falta algo. A veces la luz eléctrica o la comida, siempre la libertad individual secuestrada por el gobierno como si fuesen nuestros padres. Y ya están hartos.

La mañana del 22 de octubre le comentaba eso mismo a un amigo colombiano que me hacía llegar un par de libros, regalo de un compatriota suyo. El joven, productor deportivo de un canal televisivo de Bogotá, me quiso acompañar a la embajada de España a recoger unas revistas Encuentro y luego lo llevé a un banco para que cambiara unos euros. El colombiano, como cualquier turista simple, tenía deseo de caminar y hacer amigos.

A eso de las 11 de la mañana pasamos por el trabajo de mi esposa situado en la intersección de las calles Águila y Dragones, un edificio vetusto de los años 30 y sede actual de oficinas de ETECSA, la empresa telefónica de la isla, donde ella trabaja como ingeniera en telecomunicaciones. El colombiano quería obtener el número telefónico para reservar un boleto de una agencia de pasaje pues al día siguiente partía rumbo a Varadero.

Allí en pleno lobby de ETECSA y ante la mirada atónita de los compañeros de trabajo de mi esposa, empezó el show. Un agente del D. T. I. vestido de civil y con sintaxis deficiente, me pidió mi carnet de identidad. Se lo di y esperé mientras él daba los datos a la computadora central de la policía para ver si tenía antecedentes penales. Al recibir una respuesta negativa no dio su brazo a torcer. Hizo llamar un carro patrulla, me cacharon en plena vía pública como a un vulgar delincuente y luego, para acabar de humillarme, me esposaron a la vista de los compañeros de trabajo de mi cónyuge y del atónito colombiano, que temblaba como una hoja.

Vió la represión con sus propios ojos. Luego el agente policial le diría que yo era un connotado estafador. La situación era de risa si no fuese trágica. Me trasladaron a la unidad policial de Zanja, donde intenté explicarle a un Teniente Coronel de apellido Mederos que el turista era un amigo que me traía unos libros, y que yo por un motivo u otro (ya que mi madre y mi familia residen en Suiza hace 5 años) era normal que tuviera contacto con extranjeros. “Todo eso es mentira”, dijo con voz de trueno. Y en tono de sentencia, agregó: “Al calabozo, hazle los papeles por asediar extranjeros”. “¿Y qué hacemos con el arma blanca?”, preguntó un oficial solícito. El coronel miró la Victorinox de uso múltiple, regalo de un amigo suizo, como si fuera un bicho raro y dijo: “No exageremos”, antes de dar la espalda.

Al menos no me agregaron otro cargo delictivo. En la celda conocí al viejo Dionisio, a Rolando, a Kelvin y otras personas. De la unidad policial de Zanja saqué muchas lecciones. La más importante: que las personas de a pie están hartas del sistema. Y no cejan. Mañana, al traspasar las rejas, volverán a lo mismo. Vendiendo cualquier producto, obteniendo información por cualquier vía y copiándola en sus memorias flash, para luego contársela a otros que no creen ni una coma de lo que publica la prensa oficial.

“Lo único que quiero es ver el final de la película”, decía el viejo Dionisio mientras caía la noche en la atestada celda.

Carta de Adolfo Pérez Esquivel al presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez

Estancias > Seguridad democrática
Por: equinoXio

29 dAmerica/Bogota Octubre dAmerica/Bogota 2008 4:00 COT

Buenos Aires, 22 de octubre de 2008.-
Señor Presidente de la República
D. Álvaro Uribe Vélez
Carrera 8 No. 7 – 26 Palacio de Nariño
BOGOTÁ – COLOMBIA

Cuando participé hace unos meses en el Tribunal de los Pueblos en su país, pude tomar contacto con la terrible situación de violencia e intimidación que sufre gran parte de los luchadores sociales y las diferentes comunidades indígenas.

En esa oportunidad, cuando me preguntaron por la postulación de su persona para el Premio Nobel de la Paz, expresé que no estaba de acuerdo, porque usted no había hecho nada por la paz, usted es un guerrero, no un pacifista.

Y ahora, esta brutal e inconcebible represión policial en contra de la protesta indígena, conocida como “la minga indígena y popular por la resistencia”, que se realiza en La María, a 600 km de Bogotá, viene a corroborar una vez más su espíritu belicista y poco propenso al diálogo.

Las tres personas fallecidas, entre las cuales se encontraba un niño, y un centenar de heridos, se suma a las 7 asesinadas en distintos lugares del país por miembros de la organización paramilitar, conocida como “Águilas Negras”, demuestran que se quiere gobernar y acallar al pueblo a través del terror y la muerte.

Sr. Presidente, decir que existen infiltrados en las manifestaciones y que éstos atentan contra la policía, resulta de una ingenuidad difícil de creer. En estas manifestaciones, los Pueblos Indígenas sólo están reclamando el derecho a sus tierras, el respeto a la autonomía de sus comunidades y el cumplimiento de acuerdos suscritos con el gobierno que usted encabeza.

Todas las personas y organizaciones que luchamos por la justicia y por un mundo en paz, levantamos nuestra voz en contra de la violencia indiscriminada y la brutalidad de sus métodos represivos. Exigimos, señor Presidente, que abandone esta política de agresión contra todo el pueblo colombiano, y en este caso contra los Pueblos Originarios. Pedimos respeto y reconocimiento de sus legítimos derechos, y una reparación por toda la violencia que vienen sufriendo.

Tenga la seguridad, que nuestra voz se levantará ahora y todas las veces que fuese necesario para evitar el derramamiento de sangre y en contra de todo tipo de violencia innecesaria.

Reciba un saludo de Paz y Bien.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz

Pido disculpas

Economía > Estancias
Por: equinoXio

29 dAmerica/Bogota Octubre dAmerica/Bogota 2008 1:24 COT

Reproducimos este escrito del intelectual brasileño Frei Betto, publicado originalmente en la Agencia Latinoamericana de Información, que consideramos de interés dada la coyuntura económica mundial.

Estoy gravemente enfermo. Me gustaría manifestar públicamente mis excusas a todos los que confiaron ciegamente en mí. Creyeron en mi presunto poder de multiplicar fortunas. Depositaron en mis manos el fruto de años de trabajo, de economías familiares, el capital de sus emprendimientos.

Pido disculpas a quien mira a sus economías evaporarse por las chimeneas virtuales de las bolsas de valores, así como a aquellos que se encuentran asfixiados por la imposibilidad de pagar, los intereses altos, la escasez de crédito, la proximidad de la recesión.

Sé que en las últimas décadas extrapolé mis propios límites. Me convertí en el rey Midas, creé alrededor mío una legión de devotos, como si yo tuviese poderes divinos. Mis apóstoles –los economistas neoliberales– salieron por el mundo a pregonar que la salud financiera de los países estaría tanto mejor cuanto más ellos se arrodillasen a mis pies.

Hice que gobiernos y opinión pública crean que mi éxito sería proporcional a mi libertad. Me desaté de las amarras de la producción y del Estado, de las leyes y de la moralidad. Reduje todos los valores al casino global de las bolsas, transformé el crédito en producto de consumo, convencí a una parte significativa de la humanidad de que yo sería capaz de operar el milagro de hacer brotar dinero del propio dinero, sin el lastre de bienes y servicios.

Abracé la fe de que, frente a las turbulencias, yo sería capaz de autorregularme, como ocurría con la naturaleza antes de que su equilibrio sea afectado por la acción predatoria de la llamada civilización. Me volví omnipotente, me supuse omnisciente, me impuse al planeta como omnipresente. Me globalicé.

Llegué a no dormir nunca. Si la Bolsa de Tokio callaba por la noche, allá estaba yo eufórico en la de São Paulo; si la de Nueva York cerraba a la baja, yo me recompensaba con el alza de Londres. Mi pregón en Wall Street hizo de su apertura una liturgia televisada para todo el orbe terrestre. Me transformé en la cornucopia de cuya boca muchos creían que habría siempre de chorrear riqueza fácil, inmediata, abundante.

Pido disculpas por haber engañado a tantos en tan poco tiempo; en especial a los economistas que mucho se esforzaron para intentar inmunizarme de las influencias del Estado. Sé que, ahora, sus teorías se derriten como sus acciones, y el estado de depresión en que viven se compara al de los bancos y de las grandes empresas.

Pido disculpas por inducir multitudes a acoger, como santificadas, las palabras de mi sumo pontífice Alan Greenspan, que ocupó la sede financiera durante diecinueve años. Admito haber incurrido en el pecado mortal de mantener los intereses bajos, inferiores al índice de la inflación, por largo periodo. Así, se estimuló a millones de usamericanos a la búsqueda de realizar el sueño de la casa propia. Obtuvieron créditos, compraron inmuebles y, debido al aumento de la demanda, elevé los precios y presioné la inflación. Para contenerla, el gobierno subió los intereses… y el no pago se multiplicó como una peste, minando la supuesta solidez del sistema bancario.

Sufrí un colapso. Los paradigmas que me sustentaban fueron engullidos por el imprevisible agujero negro de la falta de crédito. La fuente se secó. Con las sandalias de la humildad en los pies, ruego al Estado que me proteja de un deceso vergonzoso. No puedo soportar la idea de que yo, y no una revolución de izquierda, sea el único responsable por la progresiva estatización del sistema financiero. No puedo imaginarme tutelado por los gobiernos, como en los países socialistas. Justo ahora que los bancos centrales, una institución pública, ganaban autonomía en relación a los gobiernos que los crearon y tomaban asiento en la cena de mis cardenales, ¿que es lo que veo? Se desmorona toda la cantaleta de que fuera de mí no hay salvación.

Pido disculpas anticipadas por la quiebra que se desencadenará en este mundo globalizado. ¡Adiós al crédito consignado! Los intereses subirán en la proporción de la inseguridad generalizada. Cerrados los grifos del crédito, el consumidor se armará de cautela y las empresas padecerán la sed de capital; obligadas a reducir la producción, harán lo mismo con el número de trabajadores. Países exportadores, como Brasil, tendrán menos clientes del otro lado de la barra; por lo tanto, traerán menos dinero hacia sus arcas internas y necesitarán repensar sus políticas económicas.

Pido disculpas a los contribuyentes de los países ricos que ven como sus impuestos sirven de boya de salvación de bancos y financieras, fortuna que debería ser invertida en derechos sociales, preservación ambiental y cultura.

Yo, el mercado, pido disculpas por haber cometido tantos pecados y, ahora, transferir a ustedes el peso de la penitencia. Sé que soy cínico, perverso, ganancioso. Sólo me resta suplicar que el Estado tenga piedad de mí.

No oso pedir perdón a Dios, cuyo lugar pretendí ocupar. Supongo que, a esta hora, Él me mira allá desde la cima con aquella misma sonrisa irónica con que presenció la caída de la Torre de Babel.

Comunidades indígenas en peligro de extinción

Estancias > Salón comunal
Por: Sentido Común

26 dAmerica/Bogota Octubre dAmerica/Bogota 2008 20:21 COT

Apenas iniciada la marcha en La María, Cauca, con rumbo a Cali y seguramente a Bogotá si no aflora una solución a sus justos reclamos, miembros de la fuerza pública disparan contra los marchantes y son ultimados 3 integrantes, cuya muerte se suma a los 1.253 asesinatos de indígenas durante los años que lleva Uribe como presidente, según propias denuncias de estos.

[sigue…]

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