Varios de nuestros lectores nos preguntaron sobre los vaticinios del analista político Miguel Mejía, de J & S Consultores para la Paz de hace un par de meses: ante su estruendoso fracaso, en equinoXio quisimos saber cuál era su explicación para esa serie de desatinos. Mejía nos respondió con una chiva que no esperábamos.
Empecemos por la realidad: sus predicciones fallaron de manera estruendosa, ¿cómo interpreta usted su fallo?
He encontrado varias explicaciones. Para empezar, déjeme señalarle que Colombia es un país supremamente atípico y, por lo tanto, hacer proyecciones a futuro sobre los posibles escenarios hacia los cuales se mueve es una tarea temeraria, por decir lo menos, pero alguien tiene que hacerla.
¿Pero tantos desaciertos?
Le ruego el favor de que nos hagamos pasito. Por ejemplo, yo asumo que usted como cronista utópico de equinoXio hace su trabajo de la mejor manera posible. Aún así, se presentan… llamémoslos incidentes… en su medio que podrían dar para otras interpretaciones.
¿A qué se refiere?
Bueno, en los últimos meses me he documentado sobre equinoXio, he seguido lo que se dice sobre éste en la blogosfera y definitivamente en todos lados se cuecen habas. Comentarios borrados, miembros dictatoriales e inmorales, en fin, la lista es larga, pregúntele a Stan Slechter.
En realidad no lo estoy cuestionando a usted, sino a sus predicciones. No entiendo su prevención ante mis preguntas.
No es prevención, simplemente quiero decirle que si un medio pequeño como equinoXio enfrenta dificultades, imagínese con las que tiene que confrontarse un analista que reflexiona sobre Colombia.
Ah, entiendo. Permítame refrasear mi pregunta: ¿qué tan flexibles son los márgenes de error que usted maneja?
En realidad, si lee bien mi análisis, se dará cuenta de que hablé del factor fundamental que es el timing: en este caso, la Fiscalía incautó el laptop de Jorge 40 y toda la situación dio un giro inesperado. Tanto que ya podemos hablar del Proceso 16.000.
¿Qué va a suceder ahora entonces?
No me aventuro ahora a formular escenarios porque tengo una gran probabilidad de equivocarme, en especial por la tensión que se vive en este momento. Pero si algo permanece constante es el timing: la situación está tan delicada que cualquier nuevo elemento puede acabar con el proceso.
¿Así estén los jefes paras en la cárcel?
Como se lo manifesté la vez pasada, los jefes paras no se mandan solos. Así que en la cadena de mando ellos son un eslabón que puede ser remplazado, no sin dificultad, eso sí. En todo caso, son una organización más disciplinada y estructurada que, digamos, los partidos políticos colombianos. Pero en general este es un problema de América Latina, con contadas excepciones.
¿Se refiere al caudillismo?
Exactamente. ¿Leyó el análisis de Antonio Caballero sobre Pinochet y Fidel?
Sí, ¿por?
Bueno, ahí ve usted cómo la constante desde las guerras de Independencia es la figura del caudillo, y mucho me temo que va a perdurar en el siglo XXI en América Latina: de Izquierda o de Derecha, parece genético que siempre haya candidatos que se creen los redentores de sus países.
¿Como Uribe?
Por supuesto que él no es la excepción, pero tiene una enorme ventaja.
¿Cuál?
Que conoce bien el juego. ¿Por qué cree que nombró a la Conchi como Canciller?
Bueno, ella misma lo explicó en un largo debate en el Senado: su política ambiental está basada en su experiencia en el Jardín Botánico, etc.
No me refiero a ello precisamente. Recuerdo cómo se mofaron ustedes en equinoXio cuando alguien preguntó que quién entendía la política exterior de Uribe cuando en realidad es política interior. Pues ahí tiene usted la jugada con la Conchi, ¿cómo le parece?
No estoy seguro de comprender su análisis. Elabórelo un poco más por favor.
Cuando fue elegida Bachelet en Chile, Uribe –todo un halcón en estos asuntos– se dio cuenta de la reacción de Chávez: pesa más el seductor que el gran comandante revolucionario. Inmediatamente se puso a halagar a Bachelet y esta tuvo que interponer más de un brazo de distancia. El nombramiento de Conchi como Canciller es sencillamente otra jugada maestra de Uribe, ¿o no vio a Chávez cómo se puso ante la Canciller colombiana?
Excúseme pero esta es una visión un tanto verde –y no precisamente por lo ambientalista– de la política internacional.
¿Esperaba usted un análisis muy elaborado, sofisticado de las decisiones de Uribe? Lamento decepcionarlo, pero Uribe es un hombre muy pragmático. ¿Usted cree que Venezuela se habría retirado de la CAN si la Conchi hubiese sido la Canciller desde comienzo del año? Jamás, Chávez sería incapaz de semejante desplante a una dama. Pero Uribe hizo la jugada a tiempo, ¿o por qué cree que Chávez no ha revisado las preferencias arancelarias con Colombia cuando el balance comercial entre ambas naciones le es negativo?
Pero Chávez lo está haciendo: gran parte del comercio va ahora con Brasil.
Obviamente, ese es su mecanismo de presión.
¿Presión?
…
¿…?
Hombre, parece que usted viviese desde hace muchos años en el exterior. ¿No ha oído hablar de aquello del gustico para después de Uribe?
¿Se refiere usted a que…?
Exactamente hombre, ¿cuánto tiempo cree usted que Chávez va a resistir la distancia cautelosa de la Canciller? Vaticino desde ya una crisis inminente. ¿Por qué cree que Uribe no deja ir a la Canciller? ¿Cree acaso usted los rumores de que Uribe le hace ojitos y ella le responde?
Excúseme, analista Mejía, pero este análisis me parece completamente… completamente… desacertado.
Bienvenido a la realidad. Si la política en nuestro subcontinente se tomara en serio, estaríamos debatiendo sobre otros escenarios. Mire el profesionalismo del canciller alemán: la Conchi le canceló la cita y él la mandó para diciembre de 2007. Si hubiera sido el canciller de Chávez tendría la cita mañana mismo si así lo quiere, con visita al Presidente incluida, por supuesto.
Y si detienen al hermano de la Canciller, ¿qué va a suceder entonces? La presión internacional sobre las relaciones familiares de Uribe y la Canciller con los paras va a ser considerable…
En eso tiene razón y por eso creo que se avecina una crisis inminente con Venezuela con la renuncia impajaritable de la Conchi. La única carta que le queda a Uribe en ese caso es nombrar de inmediato a alguna presentadora de televisión con el perfil de Letizia Rocasolano o, en caso de extrema urgencia, a la Miss Colombia 2006 como Canciller.
Política de peluquería, mejor dicho.
Espero que no me vaya a responsabilizar por ello. Buena tarde.