¿Jugar o no jugar? He ahí el dilema
Columnas > Con los taches arriba Por: Rafa XIII12 dAmerica/Bogota Mayo dAmerica/Bogota 2009 4:15 COT
Parafraseando a Shakespeare y su Hamlet, esta es la gran pregunta de la semana, suscitada por la amenaza de pandemia de gripa A(H1N1), que no solamente ha afectado el curso normal de la vida cotidiana de las personas en muchos países, sino que también ha extendido su incidencia hasta en los octavos de final de la Copa Libertadores de América 2009, porque en ella están clasificados dos clubes mexicanos.
San Luis y Chivas: los invitados que ninguno quiere recibir
Primero que todo, es bueno dejar en claro que esta situación no es culpa de nadie. Ni los equipos de México ni la Federación Mexicana de Fútbol tenían manera de tomar medidas en contra de una epidemia que se originó, aparentemente, en ese país.
Chivas Rayadas de Guadalajara y San Luis FC deberían enfrentar a São Paulo FC de Brasil y el Club Nacional de Fútbol de Uruguay, iniciando su participación como locales. Ahí fue Troya. Los dirigentes brasileños y uruguayos manifestaron sus reservas ante el hecho de tener que ir a jugar en canchas mexicanas, e incluso, los directivos de Boca Juniors, que en un momento dado de la última fecha de la fase de grupos y con los resultados de ese momento tenían que jugar con San Luis, también pusieron de manifiesto su malestar si les tocaba disputar la serie contra ellos.
Los días siguientes fueron de dimes y diretes. De comunicados, de resoluciones y de negativas.
Se dijo que Santiago de Chile y Asunción podrían ser eventualmente las sedes de los juegos de local de los cuadros mexicanos, pero rápidamente se descartó esta posibilidad. Luego, y ante la intensificación de las medidas sanitarias en México, que incluyeron suspensión de actividades académicas y sociales, la propuesta de jugar a puerta cerrada no duró más que unas horas en pie. Enseguida se sugirió que jugaran en Estados Unidos, teniendo en cuenta la enorme población mexicana residente en el país del norte. Esta opción se desechó también, porque en la unión norteamericana el brote epidémico también ha ido en alza, y daría lo mismo dejar de jugar en un país con casos de AH1N1 para ir a hacerlo en otro en donde también está latente la epidemia.
Bogotá, designada a dedo y negada con el dedo
La Conmebol intervino entonces, y actuando de oficio determinó que los equipos mexicanos jugarían sus partidos de local en Bogotá. De inmediato, algunos sectores del deporte nacional aplaudieron la medida, y vieron en esta decisión una forma de retribuirle a México su apoyo irrestricto a la realización de la Copa América 2001 en Colombia, cuando otros decidieron darnos la espalda, amén de que el público colombiano podría ver dos muy buenas llaves de copa, a falta de representantes propios en esta ronda…
Pero la dicha duró muy poco. Los organismos de salud de la capital se opusieron y presentaron objeciones al hecho de que estuvieran en Bogotá dos delegaciones de personas provenientes de un país en emergencia sanitaria, y que además llegaran hinchas desde México a ver los partidos. La Alcaldía respaldó estas consideraciones y anunció que no prestaría el estadio El Campín para ningún juego en el que estuvieran incluidos equipos mexicanos.
¿Y entonces, qué?
El viernes pasado se escribió el capítulo más reciente de esta historia, que ya tiene los ingredientes del clásico culebrón de Televisa. El presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz, declaró en una conferencia de prensa que ante la negativa de varias federaciones de albergar los partidos de local de los mexicanos, se había decidido que cada uno jugara un único partido en el terreno de su respectivo rival el 20 de mayo (en São Paulo y Montevideo) y que si dicho partido terminaba empatado, se definiría por lanzamientos desde el punto penalti.
La reacción no se hizo esperar, y a las pocas horas de conocida la comunicación de Leoz, el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Justino Compeán, dijo a los medios que los clubes mexicanos se retiraban de la Copa Libertadores de América y que hasta nueva orden no competirían en ningún otro torneo de clubes o de selecciones organizado por la Confederación Sudamericana de Fútbol, en los que ellos participan en calidad de invitados.
Hasta el cierre de esta nota, no se sabía el desenlace de la novela. Algunos espacios deportivos reconocidos sostenían que São Paulo y Nacional clasificarán a cuartos de final por W.O., al ser sus oponentes los que abandonaron la competencia. Otros afirman que los que debían quedar eliminados son precisamente São Paulo y Nacional por negarse a ir a México. Y los restantes plantean que en vez de pasar a la siguiente ronda a paulistas y charrúas vía escritorio, los pongan a jugar con los dos mejores terceros de la fase de grupos, Chicó FC y Deportivo Táchira, que obtuvieron nueve puntos.
Mientras tanto, la Conmebol guardaba un silencio de clausura. No había optado por ninguna de las opciones señaladas en el párrafo anterior ni por otra diferente, aunque agencias de noticias reportaron la noche del lunes la cancelación de los partidos de marras al recibir la Conmebol la comunicación oficial de la FMF sobre el retiro de sus equipos. En el calendario oficial del torneo, siguen los partidos Chivas vs. São Paulo y San Luis vs. Nacional, sin lugar y sin fecha.