Llegó la hora
Columnas > Con los taches arriba Por: Rafa XIII8 dAmerica/Bogota Octubre dAmerica/Bogota 2013 8:54 COT
So pena de parecer un economista, dado que los que ejercen como tales son famosos por pronosticar qué va a suceder en el mundo de las finanzas para luego tener que salir a explicar por qué no pasó lo que ellos mismos vaticinaron, es tiempo de ver cómo Colombia ratificará de una vez por todas su participación en Brasil 2014.
Decíamos en la columna anterior que Colombia, con 23 puntos, estaba a una victoria de asegurar un cupo directo al Mundial del próximo año, en el doblete ante Ecuador y Uruguay. Pues bien, a pesar de la victoria ante los ecuatorianos y las 26 unidades alcanzadas, hubo una serie de marcadores en los otros partidos que solamente le permitieron al cuadro tricolor tener garantizado el cupo al repechaje. ¿Por qué no se logró el cupo directo en septiembre? Porque aquel viernes Chile le ganó por goleada a Venezuela (necesitábamos que empataran) y Uruguay derrotó a Perú (debían ganar los peruanos). De contera, el martes siguiente, perdimos contra los uruguayos, Bolivia empató con Ecuador (tenía que ganarle) y Venezuela venció a Perú (a Colombia le servía que empataran). No se dio ninguno de los resultados que le convenían a nuestra selección. Quedó haciendo falta un punto para no ocupar la quinta casilla, que obliga a jugar una serie extra de ida y vuelta contra Jordania.
No hay motivo para alarmarse, ni tampoco para entregarse al triunfalismo. En cualquier caso, como colombianos debemos estar ya curados de espantos, al recordar que clubes y selecciones representantes de este pedazo de tierra han perdido copas en el último minuto de la prórroga de un tercer partido, o han recibido nueve goles en un preolímpico cuando se podían encajar hasta ocho tantos en contra sin quedar eliminados. Estamos en Colombia, el lugar en donde ocurren cosas que no pasan en ninguna otra parte del planeta.
En esta última dupla de partidos nos esperan Chile —que también necesita un punto ante nuestro equipo o contra Ecuador, para escapar del quinto puesto— y Paraguay, completamente eliminado. La última vez que se les ganó a los australes en territorio colombiano fue en Bogotá, para la eliminatoria a Japón-Corea 2002, hace la friolera de DOCE años, con goles de Freddy Totono Grisales, Juan Pablo Ángel y Jersson González. Con esos tres puntos obtenidos, Colombia llegó vivo al juego en Defensores del Chaco, ganó y goleó a Paraguay, pero todos sabemos lo que pasó de manera simultánea en el partido entre Uruguay y Argentina, con aquel sospechoso empate a uno entre hermanitos.
Las dos rondas clasificatorias siguientes no nos traen buenos recuerdos. Rumbo a Alemania 2006, el combinado cafetero venía herido de muerte tras perder 2-3 contra Uruguay. Un lánguido empate 1-1 ante Chile en Barranquilla, el 8 de octubre de 2005, nos dejó conectados a respiración artificial. De nada sirvió el triunfo 1-0 en Paraguay porque, a la misma hora, Argentina “perdía” por la mínima diferencia ante Uruguay. Para Sudáfrica 2010, un 3-1 contra los charrúas obligaba a Colombia a ganarle a Chile en Medellín, para tener alguna opción matemática en el último partido en tierras guaraníes. El 10 de octubre de 2009, perdimos 2-4, con baile y pintada de cara de parte de los dirigidos por Marcelo Bielsa. Eliminada, Colombia ganó otra vez en Paraguay y, ¡oh, sorpresa!, ahí sí ganó Argentina en Montevideo, ante un Uruguay clasificado de antemano.
Al margen de los tongos, esas tres selecciones Colombia que fracasaron en su intento de ir a un mundial merecieron la eliminación por su falta de jerarquía, cosa que le sobra al onceno de Pékerman, que ha ganado, gustado y goleado, pero también ha empatado y perdido, sabiendo manejar siempre cualquiera de esos resultados. Nos falta un punto de seis posibles para quedar por encima del quinto puesto y evitar jugar el repechaje, y de seguro que el técnico argentino al mando de nuestro equipo irá por los dos triunfos, no solo porque le ha imprimido al seleccionado una mentalidad ambiciosa, que no se conforma con hacer el menor esfuerzo para conseguir lo que se necesita, sino porque además la FIFA informó hace unos días que el ranking al término de las presentes eliminatorias determinará quiénes serán las cabezas de serie en Brasil 2014, siendo el local una de ellas y las otras siete plazas se asignarán por la ubicación en dicho escalafón, en el que Colombia está actualmente en la quinta casilla, lo cual, de carambola, también garantizará que los suramericanos, excepto Ecuador, queden de entrada sembrados en grupos diferentes.
La única baja importante en la convocatoria de Pékerman la constituye Camilo Zúñiga, lesionado a última hora y reemplazado de emergencia por Santiago Arias, del PSV Eindhoven, de Holanda. Sin embargo, no es de extrañarse que el DT nacional, en vez de improvisar como lateral derecho a un debutante absoluto en la de mayores como Arias, luego de la no muy afortunada experiencia con Stefan Medina en Montevideo, más bien se decida por el experimentado Luis Amaranto Perea, central natural, pero que ha ejercido por las bandas cuando ha sido necesario. Por otra parte, vuelve Armero, que tuvo que ser suplido por el ahora ausente Zúñiga en la franja izquierda, con la desventaja de quedar con la cancha cambiada al no tener perfil zurdo. Sabemos que es mucho pedir que en el medio creativo jueguen al mismo tiempo James Rodríguez y Juan Fernando Quintero, porque no solamente saben con la pelota y la entregan a los atacantes en el lugar y momento adecuados, sino que también ellos mismos llegan a zona de remate y tienen precisión en los tiros libres. Arriba, a diferencia de la jornada anterior, Falcao está en plenitud de condiciones.
Faltan 180 minutos para volver a un campeonato mundial de fútbol. Sin lugar a dudas, allí estaremos, y tenemos hombres y nombres para dar de qué hablar en Brasil.