En la localidad de Kennedy, al sur de Bogotá, una banda de delincuentes estafó por cerca de 3.000 millones de pesos a una serie de incautos a través de la llamada "pirámide".
Prometiendo millonarias ganancias, una banda de estafadores engañó a cientos de residentes de varios barrios a la redonda, captando dinero mediante este sistema.
En un modesto local de 12 metros cuadrados, con dos escritorios, cuatro sillas de plástico y una pequeña máquina de escribir eléctrica, los delincuentes abrieron su oficina el 18 de enero.
Desde el primer día llamó la atención de los vecinos que un grupo grande de policías del sector entraba y salía del lugar, con formularios en la mano e incluso contando dinero a la vista de todos.
Los primeros estafados se acercaron a los uniformados, quienes les contaron que en este sitio el que depositaba dinero obtenía grandes ganancias en tres días.
El procedimiento era el siguiente: el "inversionista" compraba un formulario por $150.000, lo llenaba y le daban un número de cuenta de un banco para que depositara mínimo $850.000. A los tres días, en su propia cuenta, se le consignaban $1.750.000.
A los primeros se les cumplió estrictamente el plazo acordado lo que motivó que muchos acudieron ante la promesa de tan pingües ganancias. A los 10 días, se les informó que el plazo se alargaba a 5 días.
Luego, hace dos semanas, los estafadores comenzaron a dar múltiples excusas, como el cierre bancario de fin de mes, fin de semana, días hábiles, "caída del sistema", etc., mientras seguían captando dinero en grandes cantidades.
El jueves en la tarde un airado usuario les reclamó la devolución inmediata de sus $30.000.000. Ante el escándalo, le devolvieron su dinero. Más tarde, un segundo cliente, exigió la devolución de $14.000.000, pero en la oficina sólo tenían $7.000.000 en efectivo, que no quiso recibir porque exigía el dinero completo.
El viernes su desilusión fue grande, al igual que cientos de personas que querían saber porque no les había consignado en el plazo acordado, al encontrar el local cerrado.
En este momento nadie da cuenta del grupo de delincuentes, ni siquiera el dueño del local que alega haberlo arrendado de buena fe. En las direcciones que dieron nadie los conoce.
Lo curioso del caso es que en los últimos días los propios bancos ya habían advertido a los que iban a consignar que podría tratarse de una estafa, pese a lo cual los engañados insistían en hacer la transacción.
¿Qué es la pirámide?
Este método de captación de dinero conocido como la pirámide consiste en que se comienza con pocos inversionistas, cada uno de los cuales trae otro tanto, y luego éstos nuevos hacen lo propio, hasta multiplicar exponencialmente el número de ahorradores.
A los primeros se les paga con el dinero depositado por los segundos y a éstos con el dinero de los terceros y así sucesivamente, hasta que llega el momento que ya no es posible pagar las cantidades exorbitantes prometidas.
En este momento, con una inmensa cantidad de dinero recaudada, los gestores de la pirámide desaparecen.
¿Quién está detrás de esto?
Según pudo averiguar equinoXio, en el mes de noviembre en un café Internet del lugar, una teniente de la policía en compañía de otro oficial estuvieron abriendo una página web, al parecer de la propia Policía Nacional, en la que se mostraba la famosa pirámide.
Coincidencia que se suma a la cantidad de uniformados que pulularon en el sitio durante los primeros días de apertura de la oficina, comprando formularios y exhibiendo el dinero ganado. Según los estafados, fue precisamente la presencia de los efectivos lo que les creó confianza para invertir.
"Si la misma policía estaba metiendo su dinero en esto, cómo iba uno a desconfiar", dijo uno de los vecinos, quien confesó haberle entregado $2.000.000 a "Inversiones Acosta", como decía llamarse la empresa.
Hoy, estos policías que, según versiones recogidas en el lugar, pertenecen al CAI del lugar, no aparecieron. Tan sólo la multitud de afectados, algunos de los cuales confían en que el lunes aparezcan los dueños del negocio.
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