Los enterradores de la democracia
Estancias > PolíticaPor: Marsares
12 dAmerica/Bogota Mayo dAmerica/Bogota 2009 1:27 COT
De nuevo el pulso. El presidente Uribe y las FARC una vez más en el tinglado. Los magos del espectáculo se vuelven a encontrar. En esta ocasión el trofeo es un cabo secuestrado hace más de una década.
Los unos, una guerrilla degradada, quieren espectáculo. Con las liberaciones a cuentagotas buscan abrirse espacios. De un tiempo para acá son las únicas victorias con las que cuentan.
El otro, que también vive del espectáculo, no está de acuerdo por eso: porque no es su espectáculo. No es de extrañar que ponga palos en la rueda para que la liberación no se produzca.
Mientras tanto, el Moncayo de la selva, se arruga aún más. No hay peor frustración que tener la libertad al alcance de la mano, y verla esfumarse. El otro Moncayo, su padre, en cambio, no puede darse ese lujo. Hoy, profesor, más que nunca, debe volver a marchar. No puede permitir que estas partes enfermas de poder y ambición frustren la liberación de su hijo.
Y nosotros también debemos marchar con él. Para decirles a sus carceleros que no se lucren con la vida humana. Que su perversión tiene un límite. Pero también para decirle al otro, al habitante transitorio de la Casa de Nariño, que él no es sino eso, un inquilino, y que no se crea dueño y señor de la vida de los colombianos.
Uribe y FARC, tal para cual. Traficantes de la vida y de la muerte. Especuladores de esperanzas, manipuladores de conciencias, abanderados de sus propios intereses, dueños de la indolencia.
Dios los cría y la guerra los junta. FARC y Uribe, dos caras de la misma moneda. Enterradores de la democracia.
¿Hasta cuándo?