Shinzō Abe en Camp David, abril de 2007 (Foto: Eric Draper/Casa Blanca, dominio público)
El primer ministro japonés Shinzō Abe ha decidido dimitir. Abe había anunciado la mañana del miércoles (12) a los miembros más importantes de su partido, el Liberal Democrático (PLD), tal decisión, información que fue confirmada por el ex ministro de Exteriores y recientemente nombrado secretario general del PLD Tarō Asō a los medios locales. Abe dijo en una rueda de prensa convocada a las 14:00 hora local (0:00 hora de Colombia) que le era muy difícil dar impulso a sus proyectos en la Dieta (Parlamento) y que Japón debería "hacer su mejor esfuerzo en la guerra contra el terrorismo", bajo el liderazgo de un nuevo primer ministro, alguien "a quien puedan apoyar y en quien puedan confiar". Abe duró menos de un año en el cargo, pues había sido elegido el 26 de septiembre de 2006.
Aunque tras la aplastante derrota de la coalición gobernante en las elecciones de la Cámara de los Consejeros (Senado) del pasado 29 de julio, Abe, quien privilegió una agenda nacionalista de extrema derecha, marcada por una reforma a la Constitución pacifista de 1947, por encima de temas más cotidianos y trascendentales para los nipones, había decidido mantenerse en el cargo. El anunciado remezón ministerial del 27 de agosto, a pesar de algunos cambios notables, terminó en desastre tras la renuncia, una semana después, del nuevo ministro de Agricultura Takehiko Endō, quien resultó involucrado en escándalos, en su caso por mal uso de unos subsidios en beneficio propio. Por motivos similares abandonaron esa cartera Toshikatsu Matsuoka, quien se suicidó en mayo, y Norihiko Akagi, que renunció en julio. Además de ellos, el lunes renunció la viceministra de Exteriores Yukiko Sakamoto, y en diciembre de 2006 habían hecho lo propio Gen’ichirō Sata, ministro de Estado para las reformas administrativas, y Masaaki Honma, jefe de impuestos. Otros altos funcionarios habían hecho comentarios inapropiados, uno de los cuales causó la renuncia del ministro de Defensa Fumio Kyūma, a pocos días de los comicios de julio.
El fin de semana, Abe había puesto su cargo a merced de lo que sucediera con la prórroga de la colaboración que Japón brinda a Estados Unidos en Afganistán, con el aprovisionamiento gratuito de barcos estadounidenses en el Océano Índico. Sobre el particular, estaba citado en la Dieta la tarde del miércoles, pues el principal partido opositor, el Demócrata de Japón (PDJ), que obtuvo la mayoría en la Cámara Alta, se opone a la medida y planea además retirar las tropas niponas que realizan misiones de ayuda humanitaria en Iraq y Afganistán. Abe manifestó en su alocución que Ichirō Ozawa, líder del PDJ, rechazó una propuesta de acuerdo sobre el tema presentada por él. Horas antes, el embajador estadounidense Thomas Schieffer instaba a Japón a buscar la extensión de la misión. La prórroga de la Ley Antiterrorista, en la cual se enmarca dicha cooperación y que vence el 1 de noviembre, se había convertido en un tira y afloje entre ambos partidos luego de los comicios de julio.
Sus críticos le reprocharon su falta de liderazgo, además de sus posiciones en temas como las "mujeres de solaz" (negando que Japón hubiera hecho uso de esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial) o las reformas educativas que buscan minimizar los crímenes de guerra que Japón cometió en el conflicto, además de su despreocupación por temas como la economía, la desigualdad y la falta de empleo, más apremiantes en la vida cotidiana. La popularidad del primer ministro había quedado estancada en menos del 30%. Sin embargo, el asunto que decidió su suerte en las elecciones de julio fue el escándalo de las pensiones, que consiste en la desaparición de cerca de 50 millones de registros (el 10% de los cuales ni siquiera fue sistematizado, según se conoció el martes), problema que venía presentándose por décadas y que Abe enfrentó con parsimonia. Incluso pesos pesados del partido, como el ex primer ministro Yoshirō Mori, criticaron públicamente su "falta de experiencia".
Abe también había logrado aferrarse al cargo debido a la falta de un sucesor fuerte dentro del PLD. El yen empezó a caer respecto del dólar en los mercados bursátiles, debido a los temores de incertidumbre política. La renuncia ocurre apenas dos días después de instalada una sesión extraordinaria de la Dieta. El PLD, que todavía ostenta la mayoría en la más poderosa Cámara de Representantes, tiene un mes para realizar elecciones internas, tras las cuales quien resulte electo será designado primer ministro por la Dieta. Asō, quien es el más opcionado pero carece de liderazgo significativo, anunció que dichos comicios se realizarán el miércoles 19 de septiembre. Abe permanecerá en el puesto de forma interina mientras su colectividad toma una decisión. Políticos de oposición criticaron la "abrupta" decisión de Abe, afirmando que debió haber renunciado tras la debacle electoral de julio.
[Actualizado a las 0:46, a las 0:52, a las 01:11, a las 01:27, a las 01:45 y a las 8:05 COT]