Natividad en la sala de la galería Códice de Managua en agosto pasado. El animalito moriría de inanición horas más tarde (Foto: Dalia Chevez / Blog de Rodrigo Peñalba)
Un execrable hecho ocurrido en agosto en la Galería Códice de Managua ha desencadenado la ira y la indignación de bloggers y defensores de los animales en Centroamérica en las últimas semanas. La noticia ha saltado a los medios a comienzos de este mes. El costarricense Guillermo Vargas, alias Habacuc, les pagó a unos niños para que le trajeran un perro callejero, a fin de utilizarlo en una exposición titulada "Eres lo que lees" (palabras escritas con concentrado en la pared), en la que según él rendía homenaje a un tal Natividad Canda, "nicaragüense que murió tras ser atacado por dos perros rottweiler en un taller en Cartago", Nicaragua.
En la instalación, Natividad, como Vargas le puso al perro, fue amarrado a una esquina de la sala, donde sonaba "un audio con el Himno Sandinista al revés, fotos y un incensario, [en el cual] se quemaron 175 piedras de crack y una onza de marihuana", según La Nación de San José. Horas más tarde, el perro murió de inanición.
Vargas afirmó en su defensa que "lo importante para mí era la hipocresía de la gente: un animal así se convierte en foco de atención cuando lo pongo en un lugar blanco donde la gente va a ver arte pero no cuando está en la calle muerto de hambre. Igual pasó con Natividad Canda, la gente se sensibilizó con él hasta que se lo comieron los perros. Nadie llegó a liberar al perro ni le dio comida o llamó a la policía. Nadie hizo nada". Remató diciendo que "el perro está más vivo que nunca porque sigue dando qué hablar".
El crítico del derechista ABC de Madrid Fernando Castro Flórez ha calificado de "provocación repugnante" la "obra" del "artista" tico y le dedica estas dulces palabras:
No hay en esa obscena exhibición de atrocidades otra cosa que búsqueda de impacto mediático. Parece ser que este joven artista que se columpia entre la perogrullada y la política de la denuncia estaba invitado a la próxima Bienal Centroamericana. Su estilística era típicamente «bienalista»; tenía todos los elementos de la salsa de moda: un poco de sociología blanda, una tajada de retórica multicultural y algo escabrosa para que se pueda calificar el potaje indigesto como «radical».
En el blog del escritor, periodista y artista Rodrigo Peñalba alojado en el portal cultural Marca Acme, que estuvo ‘caído’ apenas salió la noticia en La Nación, se pueden ver más fotos de la exposición. Según Peñalba:
Durante la exhibición algunas personas pidieron la libertad del perrito, a lo que él artista se rehusó. El nombre del perro era (fue) Natividad, y se le dejó morir de hambre a la vista de todos, como si la muerte de un pobre perro fuera un show mediático desvergonzado en el que nadie hace nada más que aplaudir o mirar desconcertado. Definitivamente somos lo que leímos: puras croquetas. En el lugar [en] que el perro estuvo expuesto sólo queda un cable de metal y una cuerda. El perro estaba sumamente enfermo, renqueaba y no quería comer de todos modos, así que en un entorno natural hubiera muerto de todos modos; pero así son todos los pobres perros: tarde o temprano se mueren o los mueren.
Los animalistas han iniciado una campaña en internet que busca impedir que Vargas represente a Costa Rica, junto a otros cinco artistas escogidos por un jurado del que formaba parte la colombiana Ana Sokoloff, en la Bienal Centroamericana que se realizará en Honduras en 2008.