Más política para Dummies
impuesto de guerra Por: Sentido Común23 dAmerica/Bogota Enero dAmerica/Bogota 2006 23:06 COT
No se demoró mucho el segundo capítulo del episodio reseñado en nuestra anterior lección de política colombiana para Dummies:
Álvaro se fue con Gina para La Paz a la posesión de Evo y el soroche, los susurros de su linda acompañante y las advertencias de Enriquito desde El Tiempo sirvieron para que presentara públicas excusas por el escándalo armado con el que se acalló el tema de las expulsiones de paras de las listas uribistas.
La altivez de un presidente puede llegar al punto de que cuando debe ofrecer excusas, no las ofrece. Es el caso de Álvaro, que después de tan tremenda embarrada, de haber cometido varios errores crasos, salió a decir que Luís Carlos había dicho “que no y que no” revelaba los nombres de sus fuentes ni las pruebas sobre las cuales el Gobierno había actuado la semana anterior para llevar a Rafael a declarar ante la Fiscalía General de la Nación, que de paso no tiene competencia para investigar a un senador. Seguramente le pasaron el caso a ése ente y no a la Corte Suprema de Justicia, porque el Fiscal, como es sabido, es ficha propia y resultaba un asunto doméstico. Verbi gratia, con una Fiscalía seria, una falsa denuncia como la presentada, si es que en verdad se presentó, hubiese podido devolverse contra el Gobierno y acarrear consecuencias políticas y penales. Pero nada, en la realidad política, el poder se usa para hacer lo que sea con protección total.
Entonces tenemos claro que: Álvaro apoyó a Juan Manuel, quien se basó en Luís Carlos para armar un inverosímil cuento contra Rafael, quien en últimas es el beneficiario de todo este video, pese a que en su retractación Álvaro haya dicho que no muestra las pruebas por razones de seguridad nacional, dando a entender la veracidad del satánico complot Pardo-FARC. No obstante el Gobierno saca utilidad de su artimaña porque logró bajarle la espuma al tema de los paramilitares salidos de sus listas, quienes son conocidos de marras y estaban allí desde el principio, pero ante las presiones no convenía su permanencia. Antes que cualquier cosa, el de Álvaro es un gobierno de imagen. Como ya es costumbre, todo se calcula, se trama y se ejecuta con el visto bueno del mandatario, buscando un buen sitio en la mente del elector. Pero si algo falla, se le echa el pato a un peón y Álvaro sale triunfante ante los medios, echando madrazos a los cuatros vientos, como si lo malo hubiese sido hecho a sus espaldas. Algo se le ha pegado de Ernesto.
Nada de lo anterior sería importante si el manejo del país no estuviera en sus manos y en peligro de estarlo por otros cuatro años. Cuanta irresponsabilidad, miopía, maquiavelismo e inmadurez se nota en el equipo de gobierno, conformado a la fuerza por Álvaro, Juan Manuel, Luís Carlos, José Obdulio, Mario, Germán, Gina, Salvatore y Carlos (¿Q.E.P.D.?), que resulta increíble que el mandatario goce de tanta popularidad. O la gente de éste país se apendejó o las encuestas son parte de las mentiras del Estado. La autoría de estos descaches parece no importar y seguramente que todo quedará en la impunidad.
Como era de suponerse, el dichoso CD ni siquiera existe o a lo mejor es un CD-RW. Lo último que nos contaron es que lo están vendiendo al frente de Unilago, donde le ofrecen a uno “programas, películas”. Con todo esto, ¿Qué cara estarán haciendo los muchachos?