¡Todos digan Whisky! Y sonrían… si pueden
Body letters > Columnas Por: Sophie3 dAmerica/Bogota Abril dAmerica/Bogota 2009 13:58 COT
La gente sale mal en las fotos porque dice "whisky" en vez de tomarse uno, decía Groucho Marx. Groucho tenía un humor fantástico y algo de cierto podía haber en esta frase, dicha de manera irónica como la mayoría de ellas, pero de lo que sí estoy segura es que esa frase viene como anillo al dedo a los protagonistas de esta película que, al igual que Groucho, está llena de humor, aunque de uno muy negro.
Todos alguna vez hemos dicho "whisky" al salir en una foto o tomando una. A mí, en lo personal, siempre me queda una sonrisa espantosa, por eso prefiero tomarlo. Y lo mismo deberían hacer Jacobo y Martha, al menos para disimular sus artificiales sonrisas, cuando el fotógrafo ordena “digan whisky” y obtiene su retrato. Cuando uno oye esta frase por primera vez en una situación tan patética como divertida y hasta conmovedora, uno entiendo por qué la película lleva este nombre.
Sinopsis
Jacobo y Herman Köller son dos hermanos uruguayos judíos. Ambos son propietarios de una fábrica de medias pero a todas luces muy distintas. Jacobo es soltero, vive en Montevideo con una fábrica vieja y gris, como lo es él, que además está en bancarrota. Herman vive en Porto Alegre (Brasil), hace 20 años que no va Uruguay y, al contrario de su hermano mayor, es un empresario exitoso y tiene una familia.
Marta es la empleada de mayor confianza de Jacobo. Es una buena mujer, pero está tan marchita como el mismo Jacobo y la fábrica. Con motivo del matzeiva de la madre de los Köller, Herman decide viajar a Montevideo ya que no pudo estar en su funeral. El viaje de Herman pondrá un poco nervioso a Jacobo, quien frente a su hermano siempre lució como un perdedor. Ahora, por una sola vez en la vida quiere demostrarle que ha logrado algo bueno y es así como le pide a Martha que funja de esposa por los días que su hermano esté de visita. La llegada de Herman implicará un trastorno en las aburridas vidas de Jacobo y Marta… y del mismo Herman.
El cine es para mí mucho más que un pasatiempo, es la posibilidad de ver nuevos mundos, otras historias, otro tipo de realidades —ya sean paralelas u opuestas—. Es un escape, pero también una inmersión y aunque he visto cientos de películas entre malas, buenas, regulares, excelentes, perversas, pasables, etc., aún hay mucho que me falta por descubrir y aún cada película que veo me toca, me llega y me sorprende por la razón que sea, por más “mala” que pueda ser, porque simplemente me dejo permear, siempre estoy abierta. Como sucedió con Whisky, una película que es SIMPLEMENTE maravillosa, tan sencilla pero magnífica al tiempo. Me gusta mucho la idea de ver cine latinoamericano, tal vez porque conozco poco de él, tal vez porque me cuenta historias cercanas, las historias de mis hermanos.