equinoXio
 

Colombia - Cargada el 06.09.2017 22:19:08 COT 

Saldos de una marcha y un bonche

accesibilidad web > Estancias
Por

viernes 13 de noviembre de 2009 0:01 COT

Sobre el terror y la protesta social

 

— ¿Quién es usted? / — ¡Soy estudiante!

— ¡No lo escuché! / — ¡Soy estudiante!

— ¡Una vez más! / — ¡Soy estudiante! Soy, soy estudiante,

yo quiero estudiar, para cambiar la sociedad. ¡Vamo’a luchar!

Cántico estudiantil

 

La semana pasada recibí, a través de la red social Facebook, una invitación para manifestarnos en contra de la reelección presidencial de Álvaro Uribe en una marcha callejera el viernes 6 de noviembre en todas las ciudades del país. Cumplidas mis labores diarias en los colegios de Suba, me dirigí al centro de la ciudad, para concurrir a la manifestación. Había pasado cerca de una hora desde el momento en que estaba citado el inicio de la movilización, así que alcancé la marcha a la altura de la carrera 7a. con calle 19. Y allí me percaté de que esta era más pequeña de lo que preveía, unas 300 personas, y de que a ella asistían sobre todo estudiantes universitarios y quizás de colegio, muchos de ellos portando banderas de la Juventud Comunista (JUCO) e insignias de lo que me pareció podían ser los movimientos Rash y anarquista, por sus característicos atuendos negros, peinados punk, botas militares y jatas árabes que cubrían su rostro. El número de policías y miembros del ejército que rodeaban la marcha igualaban, si no superaban, el de los manifestantes, como evidencia de que aquí las expresiones de inconformidad son cada vez más vistas como una amenaza para el orden público; orden inicuo basado en el silencio, el individualismo y la indiferencia.

Marché pues al lado de estos compatriotas con quienes comparto, al menos, el rechazo a la disfrazada dictadura que pretende instalarse en nuestro país. Se gritaban consignas de indignación por el cinismo uribista, y también consignas de esperanza, por la vida, por el alimento, por la equidad, por la libertad.

Y se escuchaban indignados y furiosos reclamos contra la brutalidad policial, que ha dejado tantas víctimas en nuestro suelo, apenas una parte de los cuales han clasificado para la cuenta de los que en el macabro lenguaje de la guerra han sido llamados falsos positivos. Por el dolor en las voces y en los rostros pude inferir que varios de los manifestantes mantenían un fuerte vínculo con la persona y la memoria de Nicolás Neira, joven bogotano de 15 años que fue asesinado a golpes por el ESMAD el 1º de mayo de 2005. Pensé entonces que sus gritos furiosos contra la policía tenían el fundamento de la justa ira. Los llamaban cerdos, hijueputas, analfabetos, asesinos, brutos. Algunos policías sonreían con desprecio y otros afilaban el pétreo perfil.

Uno de los manifestantes agitaba una bandera roja y negra sobre las cabezas de los policías, mientras repetía sus rabiosas consignas frente a las caras y escudos de estos robocops inconversos, aún alienados, aún inconscientes de su condición de muñequitos de cuerda desechables para la guerra, ignorantes de que bajo el polímero que cubre su pecho aún late un corazón humano.

Los policías permanecían casi impávidos, a lado y lado del río humano, sin reaccionar a las provocaciones, a los insultos e intentos por fastidiarlos. Entonces, los exaltados manifestantes arreciaban en los epítetos y hacían más invasivo el despliegue del estandarte sobre los cuerpos acorazados.

Pese a la quietud de los uniformados, el ambiente se hacía cada vez más tenso. Resultaba lamentable para mí que los enardecidos estuvieran poniendo en riesgo la continuidad de la manifestación y la seguridad de quienes asistíamos a ella, sabiendo como sabemos que estas fuerzas armadas del Estado de públicas no tienen nada, que son un árbol con muchas manzanas podridas, incapaces de contener una violencia cada vez más degradada, y que en cambio dirigen su sevicia, con intolerable regularidad, en contra de los humildes, de los inconformes, de los que no renuncian a la justicia: campesinos, indígenas, trabajadores, estudiantes.

Y ante la torpeza de la acción de quienes marchaban a mi lado,venían a mi mente muchos cuestionamientos: ¿Acaso están buscando un enfrentamiento físico con la policía? ¿Qué réditos podrían obtener de ello: golpes, arrestos, expedientes judiciales? ¿Y qué más? ¿Acaso las abolladuras de cascos, escudos o tanquetas debilitan el sistema de opresión? ¿No son también los uniformados colombianos explotados que, por un mísero sueldo, asumen la indigna tarea de golpear a sus hermanos? ¿Acaso tendrían estas acciones algún efecto positivo en la opinión pública? ¿Lograrían demostrar a los indiferentes el absurdo de las políticas de seguridad? ¿O más bien servirían como pretexto para la estigmatización de la protesta social que, sin duda, tendría eco en los noticieros de la noche? ¿Qué titulares estarían esperando: “Policía arremete contra manifestantes en el centro de Bogotá”, o tal vez “Disturbios en marcha contra la reelección”? ¿O, acaso, y ante la estupidez estratégica de este tipo de acciones, debamos darle crédito a los rumores que dicen que en las marchas hay provocadores encubiertos que se mimetizan entre los manifestantes para agredir a la policía y lograr la disolución de la movilización?

De repente, a la altura del Parque Santander, de entre los manifestantes salió volando una botella de vidrio que estalló a los pies de los policías. Y detrás de esta otra, y otra más, y otra, y pedazos de ladrillo y piedra, algunos de los cuales alcanzaban los escudos y los cascos de los ESMAD. Y entonces, sucedió lo que muchos temíamos, y lo que quizás algunos estaban esperando. Los ESMAD empezaron a disparar proyectiles con gases lacrimógenos, no al suelo o al aire, como indica el manual que respalda la legitimidad de sus acciones, sino al cuerpo, directo al aire… de los pulmones.

Era viernes, y como todos los viernes, estábamos en medio del septimazo, fiesta de la vida que devuelve a los peatones la calle para caminar sin miedo y sin afán, en medio de una variada y pintoresca oferta de entretenimientos. Y como de costumbre transitaban por allí familias, ancianos, niños, trabajadores y trabajadoras que, liberadas de sus obligaciones, disfrutaban el viento frío y la bruma de la tarde bogotana.

Nada de eso fue impedimento para que, casi al tiempo de los primeros disparos de los cañones lacrimógenos, en la esquina opuesta de aquella en que había estallado el enfrentamiento, se desatara con más fuerza el ataque policial, creando una lluvia de proyectiles de gas que vi venir del cielo directo hacia mí. El aire se puso agrio, ardían los ojos y la garganta, el terror se apoderó de la escena, y casi todos, manifestantes y transeúntes, corrimos despavoridos. A propósito, ¿cómo es que dice la definición de terrorismo?

No contentos con haber disuelto la manifestación, e incapaces de simplemente contener los brotes de violencia, los policías emprendieron la persecución de quienes huíamos, disparando repetidas veces e indiscriminadamente en contra de la masa. En la carrera, un proyectil me golpeó en un pie, y vi también cómo otro golpeaba en la espalda a un anciano que se hallaba desorientado en medio de la trifulca. Ni siquiera pude quedarme a ver si el hombre había logrado huir. En el camino, lleno de policías vestidos de verde, no nos alcanzaban los adjetivos ni el aire para reclamar a gritos a estas fuerzas armadas su irresponsabilidad, su brutalidad, su indolencia, su sevicia.

El saldo: la certeza entre unos pocos de que aquí protestar es un delito que se castiga sin consideración de las reglas democráticas, y la idea más generalizada aún de que es peligroso manifestarse a favor de la justicia y en contra del régimen inicuo, de que es mejor dejar así, y de que quienes protestan son unos irracionales adictos a la violencia.

No sé cuántos hayan visto, como yo veo con toda claridad, que la reacción de la policía fue torpe, ilegal y desproporcionada, rayana con el terrorismo, ya que no protegió a quienes protestábamos pacíficamente ni a quienes simplemente pasaban por allí, ni fue garante del derecho a la protesta, como es su deber; y por qué no contuvo la violencia localizada, sino que alimentó generosamente la justa ira de los inconformes.

Extraña que esto suceda en una ciudad que tiene un gobierno que se reclama de izquierda y dice guiarse por principios democráticos y de respeto a la dignidad humana. ¿Acaso la administración de la ciudad no tiene control sobre la fuerza pública, supuestamente bajo sus órdenes? Señor Moreno, señora López, mejor no es bueno, el reto es mayúsculo, y en esto les cabe la responsabilidad de marcar la diferencia con la nefasta política de seguridad democrática.

Y a los compañeros tropeleros, yo les pregunto: ¿Es esta la estrategia con la que vamos a defender la vida? ¿Acaso estos episodios hacen avanzar nuestra lucha? ¿Acaso la gente puede vernos así como una alternativa preferible al guerrerismo de Uribe? ¿Acaso las formas de lucha no deberían preconizar la sociedad que queremos construir, pacífica, humanitaria, compasiva, justa?

En una memorable cinta que vi en Youtube, un veterano presidiario político de nombre Arcibel Alegría, inventó un juego de estrategia, en el que se enfrentaban las fuerzas armadas del gobierno de Miranda, con las fuerzas rebeldes que resistían a una dictadura disfrazada de democracia. En una ocasión, Arcibel fue obligado a jugar su juego con un coronel de alto rango de las fuerzas del Estado. En desarrollo del mismo, este último sacó una tarjeta que decía, más o menos: “Las fuerzas del Estado cometieron una masacre de civiles, pierden 1.000 puntos”. El comandante se quejó de que en el juego los malos fueran ellos, y los buenos la guerrilla. Para demostrarle que el juego estaba equilibrado, Arcibel sacó otra tarjeta en la que leyó: “El ejército guerrillero cometió una matanza de civiles, la guerrilla ha fracasado”. El comandante, intrigado, le preguntó por qué unos perdían 1.000 puntos y otros perdían el juego, y Arcibel le respondió: “Porque si los que quieren cambiar todo actúan como los que no quieren cambiar nada, es mejor que dejen de jugar".

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , ,



3 comentarios a la entrada “Saldos de una marcha y un bonche”

  1. Macumba
    jueves 12 de noviembre de 2009, 15:31 COT
    1

    El eterno ciclo de la ignorancia. El manifestante al no encontrar respuesta efectiva del gobierno, los políticos, los medios ni de Dios recurre a expresar su voz en la calle, con la sórdida esperanza de encontrar quien haga eco a sus reclamos. Como sucede desde hace unos años la protesta se ha convertido en excusa para desencadenar actos violentos por parte de organizaciones que toman “la vocería del pueblo”. Organizaciones como la JUCO y los skin head, llenas de jóvenes con mas ganas que cerebro, llevados por sus propios deseos de hacer justicia o por mamertos con ideas anacrónicas terminan deslegitimando la protesta social. En tiempos como estos donde la información viaja a la velocidad del trino, y en donde los usuarios se adueñan de los medios de comunicación es inconcebible que la protesta sea convertida en la excusa del vándalo, justificando de paso la desmedida reacción de las fuerzas “del orden”. La creatividad y comunicación son más efectivas que la capucha y el madrazo, pero desafortunadamente la protesta parece ser la única condición humana que no evoluciona, sino que se mantiene en su estado de reptil, para beneficio del sistema.

  2. Lully
    sbado 14 de noviembre de 2009, 00:36 COT
    2

    ¡Esto es periodismo ciudadano!
    Me he sumergido en tus letras casi que sintiendo sin sentir esos gases que arremetieron con personas que, como tú no tenían porque haber sido agredidas.
    Éstas son apenas algunas de las situaciones que permiten reafirmar que en Colombia, desde el estado se ha difundido una cultura política basada en la exclusión total y me atrevo a pensar en la respuesta a uno de tus interrogantes, sobre la participación de terceros para influir en lo que terminó esta manifestación.
    Suelo cuestionarme sobre la democracia que se pregona pero que a través de manipulaciones suele estar cada día más “tibia” (por no expresarme diferente)
    Bienvenido Luis Alfonso a la casa de equinoXio y que esas “visitas de huesped” se repitan.

  3. Jalule
    mircoles 18 de noviembre de 2009, 20:02 COT
    3

    Solo tengo un comentario.

    El día en el cual entrevisten las fuentes de financiación de muchas de estas manifestaciones de la JUCO y similares, van a comprender realmente qué tan podrida está la opción que nos dan a los civiles para manifestar disidencia.

    La JUCO y muchas organizaciones estudiantiles “libertarias” tienen el espacio copado para ellas de toda protesta -los invito a mirar el desarrollo del grupo de FBK de Daniel Pacheco, para que analicen esto-. Y sí, sí buscan bonches con la policía, porque tienen que justificar el sueldo que les pasan a ellos y a sus familias; esto no es mito mío, esto es algo que corre por los pasillos de la Alcaldía de Chapinero desde hace varios años.
    Si investigaran esto a profundidad, hay demasiados torcidos que se solucionarían.

    Ahora: mientras no abran canales de comunicación a la juventud colombiana, DESDE la misma juventud colombiana, para romper el facilismo ideológico de punta o punta, no podemos construir un tejido que soporte efectivamente el unanimismo y el cerrarfilas que se está dando ahora con los proyectos ultraconservadores y las radicalizaciones políticas que justifican el no-desarrollo de industrias, espacios culturales, políticas educativas y reflectivas.

    Hay que desmamertizar el imaginario de una persona joven hablando.
    Hay que desmacartizar.



Síguenos en Twitter

Artículos destacados:

Entrega inmediata:

Estancias:

Columnas:

Al desnudo en mi balcón

La revista SoHo desnuda mujeres por varios lugares públicos en Colombia

24.01.2010 1:42 | Por Lully | Comentarios (17)

Bloguiverso

Porqué dejo de publicar en Kienyke

31.10.2012 18:44 | Por Johanna Pérez Vásquez | Comentarios (10)

¿Cual es la diferencia entre Facebook y Google Plus?

04.11.2011 19:18 | Por Lully | Comentarios (1)

VideoBarrio

Entradas recientes

  • Siete cajas, una ilusión | Marsares | 12.10.2015 10:17
  • Eterno resplandor de una mente sin recuerdos | Marsares | 29.01.2015 11:16
  • Paradojas cubanas | Daniel Ramos | 29.12.2014 9:00
  • Lo mejor y lo peor del deporte en 2014 | Rafa XIII | 07.12.2014 11:43
  • También la lluvia | Marsares | 30.10.2014 15:52
  • ¿Dónde está la bolita? | Marsares | 23.09.2014 19:13
  • Sobre el Brave Heart colombiano | Julián Rosero Navarrete | 19.09.2014 16:42
  • Una Vuelta para el olvido | Rafa XIII | 11.09.2014 14:07
  • Dos a uno: lágrimas de dolor y agradecimiento | Rafa XIII | 04.07.2014 22:50
  • DOS a cero: Colombia, entre los ocho mejores del mundo | Rafa XIII | 28.06.2014 23:19
  • Comentarios recientes

    Nube de tags

    América Latina Antanas Mockus Antioquia autocracia autoritarismo Bogotá cine Colombia Copa del Mundo de la FIFA de 2010 Copa del Mundo Sudáfrica 2010 Copa Mundial Sub 20 de la Fifa Colombia 2011 corrupción Crónicas Utópicas cultura popular cómic cómic estadounidense deportes Elecciones 2010 elecciones presidenciales de Colombia de 2010 Estados Unidos esta es Colombia FARC Fase de grupos Copa Mundial Sub 20 de la Fifa Colombia 2011 fútbol fútbol colombiano hampa historietas Hugo Chávez Frías humor humor gráfico Juan Manuel Santos Medellín parodia Partido de la U payasadas politiquería política política colombiana reelección Seguridad democrática terrorismo uribismo uribistas Venezuela Álvaro Uribe Vélez

    WP-Cumulus by Roy Tanck and Luke Morton requires Flash Player 9 or better.

    RSS

    Especiales

    Especial 20 de julio - Marcha por la libertad


    Especial 6 de marzo - Homenaje a las víctimas


    Especial 4 de febrero - Marcha contra las FARC

    Especial 2009Especial Navidad 2009Especial 2008Especial elecciones en Estados Unidos, 2008Especial BIFF 2008Crisis diplomática andinaEspecial Día Internacional de la Mujer 2008Especial VideoBarrioEspecial 2007Especial marcha 5 de julio de 2007Especial Día Internacional de la Mujer 2007Especial 2006

    Entradas por mes


    Septiembre 2017
    L M X J V S D
    « Oct    
     123
    45678910
    11121314151617
    18192021222324
    252627282930  

    Alianzas

      Soy libre, soy blogger No al secuestro Global Voices Online - The world is talking. Are you listening? Creative Commons Licence
    Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons

    Contacto: info[arroba]equinoxio[punto]org
    equinoXio en twitter | equinoXio en Facebook