Inicia una nueva era en Paraguay

Fernando Lugo y Federico Franco, antes de votar la mañana de este domingo; Fernando Lugo es el nuevo presidente del Paraguay (Foto: Campaña de Fernando Lugo / Flickr, licencia CC-BY-NC-SA)

Este domingo, el retirado obispo católico Fernando Lugo Méndez, de 56 años, ha hecho historia al ganar las elecciones presidenciales de Paraguay, con cerca del 40% de los sufragios. Su victoria constituye el fin de la hegemonía de la derechista Asociación Nacional Republicana, mejor conocida como el partido Colorado, que se mantuvo seis décadas en el poder. Luego de una campaña dura, llena de acusaciones entre los candidatos, dudas sobre la legalidad de la candidatura de Lugo (debido a que el Vaticano no aceptó su renuncia a la Iglesia), temores de fraude y una crisis interna del oficialismo, los paraguayos, en las urnas, han decidido entregarle el mando a quien ha sido considerado el "obispo de los pobres", aquel a quien sus críticos le atacan una presunta cercanía con Hugo Chávez e incluso han acusado de pertenecer a las FARC.

Lugo era el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), una coalición de diferentes partidos y movimientos sociales, que cubren un amplio rango del espectro político (desde la extrema izquierda hasta la derecha moderada), entre ellos el principal partido opositor, el Liberal Radical Auténtico, al que pertenece su fórmula vicepresidencial Federico Franco. El obispo retirado, quien desarrolló buena parte de su labor eclesiástica en el departamento de San Pedro, adquirió fama nacional, más que por su trabajo de Pastoral Social, por su apoyo y liderazgo en manifestaciones campesinas, que tuvieron su origen en la falta de tierra, el avance de la tecnología en la agricultura y la colonización brasileña de las mejores tierras, amén de las grandes reservas de agua, en un país donde el 60% de la población es pobre.

Fernando Lugo y el entonces papa Juan Pablo II (Foto: Campaña de Fernando Lugo / Flickr, licencia CC-BY-NC-SA)

Aunque en un comienzo se proclamó "centrista", Lugo ha expresado sus simpatías hacia ciertos aspectos del llamado socialismo del siglo XXI, cuyo principal abanderado es el presidente venezolano Hugo Chávez, a quien sin embargo le critica su "fuerte dosis de estatismo, totalmente al servicio de una persona” y la “falta de pluralismo […] peligrosa para una verdadera democracia". Afirmaciones que impulsaron a sus críticos para acusarlo de querer traer dicha ideología al Paraguay y que, coincidiendo con el frenesí por la muerte del cabecilla de las FARC alias Raúl Reyes, dieron pie para que las juventudes del oficialismo sacaran afiches con el rostro de Lugo superpuesto en un uniforme de ese grupo terrorista, acusándolo de ser "el embajador de las FARC en Paraguay", montaje que fue descubierto por la prensa local.

El actual presidente, Nicanor Duarte Frutos, cuyo partido no consiguió reformar la constitución para permitirle postularse a la reelección, ha atacado en reiteradas ocasiones al otrora obispo. En una insólita entrevista concedida la semana anterior a teleSUR, el mandatario reconoció que, a pesar de la supuesta presencia de extranjeros enviados por movimientos simpatizantes del bolivarianismo chavista, el gobierno venezolano no apoyaba a Lugo, además de afirmar que las acusaciones de un presunto fraude orquestado por su partido, formaban parte de un complot de la oposición y de algunos medios.

Duarte fue más allá: dijo que Lugo "está prácticamente sometido a la ultra derecha conservadora protolatinfundista del Paraguay, que es Federico Franco, que es el candidato a vicepresidente como representante de un partido historico ultraconservador como es el Partido Liberal". El presidente, además, afirmó estar de acuerdo con la creación del llamado Consejo de Defensa Sudamericano, una versión de la OTAN propuesta por Venezuela. Así, Duarte coincide con sectores de extrema izquierda, inconformes con que un (ex) miembro de la Iglesia Católica sea candidato de los "progresistas" paraguayos y que llegan a decir que es financiado por Estados Unidos. Como si fuera poco, Carmen Villalba, miembro del grupo Patria Libre (el mismo condenado por el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas, crimen por el que Asunción ha pedido al captura del "canciller de las FARC" Rodrigo Granda), condenada por el secuestro de la esposa de un conocido empresario, afirmó desde la cárcel que al norte del país se había formado una guerrilla conocida como Ejército Paraguayo del Pueblo. Parlamentarios colorados buscaron involucrar a Lugo con Villalba.

La entonces presidenta electa argentina Cristina Fernández junto a la candidata oficialista Blanca Ovelar (Foto: Presidencia de la República Argentina, licencia CC-BY)

Al no poder hacerse reelegir, Duarte le brindó su apoyo a la ex ministra de Educación Blanca Ovelar, de 50 años, quien en diciembre se convirtió en la candidata del partido Colorado tras vencer las primarias de ese movimiento, a pesar de las acusaciones de fraude denunciadas por Luis Castiglioni, el segundo en las urnas ‘coloradas’. Ovelar, quien se proclamó en su momento "socialdemócrata", también fue víctima de las calumnias de sus opositores. Por su parte, el ex general Lino Oviedo, de 64 años, quien estaba preso por un intento de golpe de Estado en 1996, logró que las autoridades judiciales revirtieran el fallo y se convirtió en candidato por la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos, otrora disidencia ‘colorada’ convertida en partido. El otro principal candidato era el empresario Pedro Fadul, de 52 años, quien en los comicios de 2003 logró el tercer lugar y es "dueño" del partido Patria Querida, de ultraderecha. Ovelar, Oviedo y Fadul obtuvieron alrededor del 30%, 21% y 2% de los votos respectivamente. A pesar de los temores de fraude, la ex canciller colombiana María Emma Mejía, jefa de la misión de la OEA, felicitó al pueblo paraguayo por la "lección de civismo que dictaron" en estos comicios generales. La participación fue cercana al 65%.

Antes de ser proclamado por el Tribunal electoral como ganador, Lugo les dijo a sus partidarios que son "culpables de la alegría de la mayoría del pueblo paraguayo el día de hoy" y que "vamos a hacer que [Paraguay] sea conocido por su honestidad y no por su corrupción". Más tarde, en rueda de prensa, visiblemente emocionado, señaló que su triunfo "marca una fecha histórica en la historia política del país. Hace unos meses nadie soñábamos que esto podría ocurrir. Que un grupo de soñadores políticos pudiéramos juntarnos y poner el país en primer lugar".

Más allá de su aparente compromiso con los pobres, buscar una mayor participación del pueblo en el sistema democrático e impulsar una reforma agraria, lo más concreto del programa de Lugo fue la propuesta de renegociación del contrato mediante el cual Paraguay le vende el excedente de la electricidad que produce en la hidroeléctrica de Itaipú a Brasil con un gran descuento, pacto que considera leonino, en detrimento de su país), y los movimientos que lo apoyaron en las elecciones son muy disímiles, por lo que podría preverse un gobierno moderado, lejos de los temores de los derechistas y de la gritería de la extrema izquierda.

No obstante, el 15 de agosto, cuando se posesione, llegará a su fin la hegemonía del llamado partido Colorado, dueño del poder desde 1947, cuya desidia hacia los gobernados, el lastre de la dictadura de Stroessner y la corrupción característica de las colectividades atornilladas en el gobierno sin duda fueron las causas de la pérdida del poder. Para muchos paraguayos, la sola derrota colorada es una luz de esperanza, anhelo que el obispo retirado, esperan, logre concretar.

Etiquetas:

Enlace permanente | Enlace corto: http://www.equinoxio.org/?p=2693

Agregar esta entrada a:
del.icio.us | Gacetilla | Digg | Facebook | Google | Twitter
Menéame | Blogmemes | fark | Fresqui | Furl | Mister Wong
Newsvine | Neodiario | Nowpublic | Reddit | Spurl | Súbela | Wikio | Yahoo!

Reacciones vía Technorati o Sphere | Versión para celular (cortesía de Google)

Comentarios cerrados. RSS comentarios | URL para referencias.