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¡Busquémonos un undécimo piso!

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domingo 12 de octubre de 2008 1:09 COT

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Im in ur kreditz failing ur economiez ("Eshtoi en tuz créditoz arruinando tu economíau")
Im in ur kreditz failing ur economiez ["Eshtoi’n tuz créditoz arruinando tu ekonomía"] (Foto: TeppoTK / Flickr, licencia CC-BY)

Todo comenzó por una irresponsabilidad: el huirle a hacer de manera prudente los estudios de riesgo pertinentes, con el fin de desembolsar a quien tenga la capacidad de pago créditos hipotecarios. Pues sí, en aras de fomentar el consumo de vivienda, impactar en la riqueza neta de los hogares (lo cual se percibe como el nivel de riqueza adquirida en el momento de ser propietario de una vivienda), y dinamizar la construcción, las entidades especializadas en crédito se dedicaron a prestar a manos llenas.

Eso, obviamente, impactó fuertemente en incremento del consumo y la dinámica de la construcción empezando el presente siglo en EUA. El problema es que nunca se percataron que muchos de los estadounidenses promedio se iban a “colgar” en el pago de las obligaciones, lo cual llevó a que las entidades crediticias hicieran efectivas las garantías y sus hipotecas. Como esas hipotecas se acumulaban en los archivos de los bancos, fue necesario hacer los títulos colaterales más complejos que hayan existido para transarlos en bolsa, y traspasárselos a los inversionistas. Así pues, como dicen en History Channel, ¡lo demás es historia!

Ahora estamos al frente de la crisis financiera más profunda y significativa de la historia de la humanidad. En el año 1929, en la semana del 24 al 29 de octubre, se esfumaron del mercado alrededor de 14.000 millones de dólares… hoy, estamos hablando de la pendejadita de 8 veces el PIB colombiano, una cifra superior al billón de dólares estadounidenses en un lapso inferior a un mes. Entidades como Lehman Brothers, con una tradición de 158 años y con el logro de haber sobrevivido a dos guerras mundiales y a la crisis del 29, quebrada y por fuera del mercado. El valor de su acción, en agosto del presente año, ascendía a los 28 dólares, y hace unas tres semanas, logró la paupérrima cifra de los 17 centavos. O el caso de General Motors, otro monstruo del mercado: el valor de su acción tocó un piso que no se veía desde hace 60 años ¡Es como si no hubiesen hecho nada en 60 años! El Citigroup y Wachovia totalmente descapitalizados e ilíquidos. Las dos gigantes hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, junto con la aseguradora AIG, nacionalizadas al mejor estilo de la pantomima chavista. En pocas palabras, ¡la bola va rodando y el tiempo va pasando!

La semana pasada, las principales bolsas del mundo se desplomaron cual borrachín un domingo hasta las 3 de la mañana. El Dow Jones, el Nikkei, Nasdaq, el CAC 40, el IBEX-35, el DAX, el RTS y el MICEX, el IBOVESPA, nuestro criollo IGBC, entre otros índices que miden el desempeño de las bolsas del mundo, sólo cambiaban negativamente la mayor parte de la semana, al punto, que el día viernes, estos índices se desplomaban en promedio un 10%. Fue tal el pánico que la Bolsa de São Paulo suspendió sus operaciones por media hora. En Moscú, por su parte, no hubo operaciones por miedo a la inminente caída.

Muchos de los grandes bancos y mesas de inversión del planeta están buscando ser intervenidos. Hay preparados planes de salvamento alrededor de todo el orbe con la ilusión de que tenga mejor resultado que los 700.000 millones de dólares que se inyectaron al sistema financiero en EUA. En pocas palabras, estamos en medio de un monstruoso golpe que probablemente nos enviará a una nueva Gran Depresión.

¿Y dónde está Colombia en todo esto? Para mí y para muchos de mis colegas, fue gracioso observar cómo el Ministro Óscar Iván Zuluaga y el Presidente Uribe se esfuerzan por contener el pánico del público. El mensaje de ellos es ¡frescos, aquí no va pasar nada! ¡La seguridad democrática nos tiene navegando sobre las corrientes de una economía sólida! El tal, sólo enunciaban y emitían toda esa pantomima que sólo se la cree el furibismo fanático. Las únicas economías que se salvarían de este impasse serían las economías vecinas de Solaxia 9, y demás galaxias por fuera del la Vía Láctea.

Esta semana pudimos apreciar cómo era el desempeño de la Bolsa de Valores de Colombia. El IGBC se desplomó la mayor parte de la semana, registrando una caída el viernes cercana al 8%. ¡Y pues es obvio! El pánico se apoderó de los inversionistas extranjeros y cual gripa de principios de año, o dictadura y democradura latinoamericana, el contagio fue tal que ya los inversionistas locales se asustaron. El panorama en el mercado bursátil nacional puede ser poco alentador. Es posible que sigamos viendo al IGBC cayendo como los mentirosos y los cojos un par de semanas más.

Efectos de la crisis mundial en la economía nacional

Celular mostrando los índices bursátiles, al fondo la sede de la bolsa de Nueva York
Celular mostrando los índices bursátiles, al fondo la bolsa de Nueva York (Foto: Nate McBean / Flickr, licencia CC-BY-NC-SA)

El análisis de todo esto debe ser bastante prudente. Empezando porque, como se ha insinuado en todo el artículo, la crisis es mucho más grave que lo expuesto por los medios de comunicación locales. Colombia no ha logrado dimensionar los efectos que esta crisis internacional puede tener en las dinámicas internas.

En primer lugar, como se expuso, el pánico inversionista puede deteriorar significativamente el desempeño de las operaciones bursátiles. Esto sin duda tiene un efecto directo en el capital de muchos agentes, entre ellos, prestigiosos empresarios. El hecho de que la cotización de sus acciones se desplome hace que dichas empresas se descapitalicen, produciendo serios efectos en el mediano plazo en el sector real. De otra parte, como en Colombia se tiene la percepción que el dólar es un buen “paraguas” para guarecer los “aguaceros de la crisis mundial”, habrá una presión en el precio de la divisa al alza debido al aumento de la demanda por ella. Esto se presenciará por un tiempo, hasta que la economía norteamericana y el valor del dólar empiecen su estrepitosa caída. Cuando llegue ese momento, el precio de la divisa en Colombia se desplomará.

Ahora bien, el consumo en Estados Unidos ha venido deteriorándose, al punto que el día de ayer se registraron fuertes caídas en las ventas minoristas en todo el país del norte. Esto es consecuente con la racionalidad del consumidor, que en momentos de crisis, evitará adquirir bienes conspicuos y se dedicará a componer su canastas de bienes básicos. Es decir, ¡adiós, flores! ¡adiós, café! ¡adiós, fruticas tropicales! ¡adiós, consumo excesivo de gasolina! ¡adiós, consumo de gran parte de los productos que se exportan a EUA de Colombia! Esto se verá reflejado en una fuerte contracción de las exportaciones nacionales; como decía el economista Juan Carlos Echeverri: “Colombia venderá menos y comprará más, debido a la contracción del consumo en EUA y el incremento del precio del dólar, que encarecerá las importaciones”.

Por tanto, en segundo lugar, el sector real se verá fuertemente golpeado, sobre todo, la oferta exportadora. Sin contar pues la posible contracción de la inversión debido al pánico en el mercado, lo cual contraerá también, por ese lado, la demanda agregada.

En tercer lugar, la estabilidad del sistema financiero podría verse comprometida. Estamos hablando de un sector altamente concentrado, operando de manera oligopólica y además terriblemente ineficiente. Eso por un lado podría ser positivo, por el hecho de que sus portafolios están compuestos fundamentalmente por cartera y se maneja una baja composición en activos externos. No obstante, aquí el asunto podría ser la capitalización y la liquidez. Parte de la liquidez del sector financiero nacional la provee la banca extranjera, como el Citigroup entre otros, quienes realizan préstamos a la banca local. Sin estos préstamos y la banca extranjera presionando por su liquidez (por tanto, cobrándole fuertemente las obligaciones a la banca local), podría haber un serio problema de liquidez interna que lleve a deteriorar el desempeño de la banca a nivel nacional. ¡Esperemos que esos vergajos no se caigan, pues sus caídas las pagamos todos!

El Banco de la República tendría que hacer una política monetaria expansiva para salvar el sector financiero (a través del aumento de créditos para compensar la ausencia de la banca extranjera), obviando su obligación primaria de controlar la inflación… ¡Carajo, ahora sí fue! Si esto ocurriese, la inflación aumentaría, llevando a un ensanchamiento de la UVR, trayendo como consecuencia nuestra propia crisis hipotecaria, de magnitudes similares a las de la crisis del UPAC a finales de la década de 1990. Es claro que muchos de los lectores se pregunten por qué el Banco de la República actuaría y no el gobierno. Pues simple: no habría los recursos suficientes para inyectarle liquidez a los bancos, así que se tendrían que hacer esfuerzos como adiciones presupuestales o disminuir el gasto en defensa… Pero, Virgen Santísima, ¿qué tal que las “debiluchas” FARC se tomen el país y se tiren los logros de los 6 años de Seguridad Democrática? Por tanto, la opción de obtener recursos del erario no sería viable para el actual gobierno.

El tal, el panorama para los años que vienen podría eventualmente ser muy oscuro. Muchos de los analistas económicos consultados por los medios de comunicación concordaban en que Colombia debió ser prudente en el gasto, en medio del incipiente auge económico experimentado en 2005, 2006 y 2007 (pues fue superior el crecimiento en los países vecinos). ¡Pero no! El neopopulismo concretado y materializado en los consejos comunales, los emblemáticos programas asistencialistas y “echar bala democráticamente”, incrementó fuertemente el gasto público, llevándonos a sostener déficits en el Gobierno Central superiores al 3% del PIB. Esto puede ser el talón de Aquiles en medio de la crisis mundial, junto a una inminente contracción de la demanda agregada por el carácter incrementalista y monetarista de la Junta Directiva del Banco de la República, al mantener los tipos de interés al alza a lo largo de casi dos años. En la actualidad, se ha mantenido el tipo de interés en 10%, mientras la mayoría de los bancos centrales en el mundo han decidido bajarlos para contener la crisis interna vía estimulación del consumo y demás canales que esta herramienta podría ofrecer.

Reflexión final

Hace un tiempo escribí unos tips para superar y mitigar los efectos de la pre-recesión en los hogares colombianos. En ese momento (febrero de 2008), visualizaba una desaceleración económica vía a la contracción de la demanda agregada en 2008 y 2009 en medio de una crisis internacional. Para ser sensatos, nunca pensé en una crisis de la magnitud que hemos venido observando. Ahora bien, la forma de salir de una recesión de ese tipo, según los tips que escribí, era ahorrar. No obstante, como el fenómeno internacional se intensificó y se profundizó, es prudente decir que conforme al actual contexto, el asunto no es sólo ahorrar por parte de los hogares, sino que el gobierno haga la política económica pertinente con el fin de mitigar los efectos de la crisis.

No obstante, el gobierno se ha centrado única y exclusivamente en contener el pánico, mediante el discurso que nos vienen diciendo los últimos 6 años. De otra parte, se levantó el control de capitales asumiendo que esto incentivaría el flujo en medio de una recesión mundial de la magnitud que aquí se ha venido enunciando. El economista José Antonio Ocampo, entre otros, sostiene que este tipo de medidas no son los suficientemente eficaces por un lado, y por el otro, generarían más perjuicios que beneficios. Entre los años 1997 y 1999, la inversión se contrajo severamente llevando al país en la recesión por el hecho de no haber el control para contener los flujos y la fuga de capitales. En 2001 se implementó tal control. En la actualidad el gobierno está cometiendo el mismo error que hace 10 años: no tener la normatividad pertinente para evitar la fuga de capitales, algo que eventualmente se podría presentar por el pánico del mercado. Así pues, la economía colombiana queda expuesta a los volátiles flujos de capital de corto plazo.

Ahora bien, entre los tips que escribí en ese momento debemos enfatizar en el último: encomendarse a la Santísima Trinidad. Prendamos nuestras veladoras y roguemos para que los encargados de la política económica traten de romper sus dogmas, y piensen de manera sensata creando mecanismos eficaces para mitigar los efectos de la crisis. Se debe tener claro que es para mitigarla, y no para evitarla, pues la recesión es inminente. Claro que si siguen jugando a la economía tipo “yo con yo”, y siguien con esos dogmas que son en gran parte los causantes de la actual crisis, les sugiero entonces a todos los lectores que empecemos a buscar un buen undécimo piso. Esto por tener en cuenta los diferentes tipos de personalidades: los pesimistas y depresivos, para que colaboren con la lluvia de maridos o de inversionistas en bancarrota, y para los optimistas y perseverantes, se alejen de los buenos undécimos pisos, no será que les caiga uno de los primeros en la cabeza.

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3 comentarios a la entrada “¡Busquémonos un undécimo piso!”

  1. Leonardo
    domingo 12 de octubre de 2008, 10:33 COT
    1

    Tal parece que nadie sabe muy bien lo que ocurrirá mañana. Y las medidas tomadas por unos y por otros no tienen por ahora los efectos esperados. En todo ell mundo, no sólo en Colombia, los gobiernos tratan de contener el pánico porque es indispensable. Si nos vamos a hacer todos cola en los bancos a retirar los centavitos, “esto” se desploma, no sé qué engloba la palabra ESTO, pero se desploma. El mejor remedio sigue siendo su último Tip (?), la Santísima Trinidad.

  2. Sentido Común
    domingo 12 de octubre de 2008, 13:04 COT
    2

    Muy bueno, Julián. De golpe intentaré dar mi visión personal (bien profana en materia económica) en el espacio del Homo Urbanis. Saludo!

    Sentido Común

  3. Sentido común
    viernes 31 de octubre de 2008, 15:03 COT
    3

    Bueno Julián, ya dije lo que pienso en “El capitalismo no es monedita de oro”. Ahora te traigo una explicación clarísima (y divertida) sobre esta cruda realidad económica que afectará al mundo por mucho tiempo…me la pasó Quiny, a quien le quedo enormemente agradecido, ya verás por qué.
    SC

    Ve a: http://www.youtube.com/watch?v=lU-j2mIwOpE



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