MDE07

Las artes plásticas remontan tiempos de recesión en Medellín. Salen del hueco en el que las dejó la decadencia de los grupos de narcos que les dieron un falso y efímero esplendor, que hizo mucho más daño que beneficio. Pero la ciudad emergerá de las cenizas con MDE07, un evento enorme, ambicioso y pensado para recuperar el viejo liderazgo que nos dieron las Bienales.

Pasamos, en esta urbe tan aferrada a los dictámenes del dinero y del atesoramiento, de la vieja escuela de acuarelistas que llegó hasta los 70, a la presencia renovada y asombrosa de las Bienales. Pero también se fue haciendo clara la lenta euforia del dinero fácil. Pulularon en adelante las galerías y los merchants que ofrecían colecciones enteras a los “señores” y recibían maletines de billetes. Hasta que las obras estuvieron donde las querían: inalcanzables. Fue el imperio de la producción por encargo y el éxito de la dudosa calidad, y el entierro de tercera para muchas propuestas de renovación. 

Pero con la desbandada de los primeros llegó la ruina de los segundos. Las artes plásticas en esta ciudad –y en Colombia- quedaron en quiebra y en manos de algunos pocos nombres, de los museos que trataron de recoger las nuevas tendencias y de las implacables leyes del mercado.

Hasta que se fundó el Museo de Antioquia, un viejo sueño de Fernando Botero que presuponía arrasar con el antiguo Museo de Zea. Pero este proyecto en buena hora renovó el interés de la ciudad por las artes –al lado de la tarea persistente del Museo de Arte Moderno de Medellín, MAMM- aunque la presencia dominante de Botero le daba cierto carácter unanimista. Por eso, en medio de un entusiasmo enorme, el Encuentro de Medellín 2007 quiere revivir lo que fuimos, pero no en un simple y vano afán de volver al pasado.

MDE07 es una propuesta artística para que se intervenga la ciudad, para que los artistas ejerciten las bellas artes tradicionales y expongan sus trabajos, para que las gentes de hoy reconozcan la propuesta tremenda de las Bienales, y sobre todo, para que creadores nuestros y de afuera permanezcan aquí unos meses –en residencia- y en abril pongan sus manos sobre nuestros espacios, toquen nuestras vidas.

Se habla entonces de espacios alternativos, del programa de artistas en residencia y de becas de creación, de la casa del encuentro, del centro experimental de medios, de muestras de cine curadas y de documentales, de exposiciones de revisión histórica y de exposiciones seleccionadas por curadores como contexto de lo que se piensa como la más apabullante oleada de arte contemporáneo que jamás haya arrasado –creativamente- a ninguna otra ciudad de Latinoamérica.

Por eso Medellín va a estar signada el primer semestre del año que viene por las artes. Por todo aquello que se auto designe como tal, por la discusión, el debate académico, el taller, la intervención. Esa será la oportunidad de recuperar el camino y saltar hacia adelante: dejar de pensar por fin entre nosotros que las artes son asunto de perdidos que de pronto merecen prudente distancia y si acaso, comprensión.

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